Sonora también tiene su cerro de la Campana

La mejor hora para subir al Cerro de la Campana es cerca del atardecer, cuando el cielo de Sonora se tiñe de tonos rojizos y dorados

Por: Kenia Meza

Enclavado en el corazón de Hermosillo, el Cerro de la Campana se alza majestuoso como un guardián de los secretos más bellos de la ciudad.

Con una elevación natural de 300 metros, esta prominencia geográfica ofrece mucho más que una vista panorámica; es un punto de encuentro con la naturaleza y un observatorio privilegiado de los atardeceres más espectaculares de Sonora.

En su cima se encuentra el famoso mirador conocido como "El Caracol", un lugar emblemático desde el cual se puede apreciar una vista casi completa de la Ciudad del Sol.

Desde el oriente hasta el poniente, la panorámica que ofrece este mirador es simplemente impresionante, atrayendo a visitantes y locales por igual en busca de contemplar la belleza de Hermosillo desde las alturas.

El nombre del Cerro de la Campana no es solo un capricho; al observarlo desde cierta perspectiva, su forma asemeja la de una campana, lo que le confiere un encanto único.

Sin embargo, la leyenda local también sugiere que el nombre podría estar relacionado con el sonido que emiten las rocas en la cima cuando son golpeadas, produciendo un tono que se asemeja al de tocar una campana.

Acceder a este punto de observación es relativamente fácil, ya que se puede llegar en automóvil gracias a sus caminos empedrados y una buena iluminación que garantiza seguridad durante la noche.

Aunque subir en automóvil es una opción conveniente, la verdadera experiencia se vive al subir a pie. Ascender por los senderos del Cerro de la Campana no solo permite disfrutar del ejercicio y la conexión con la naturaleza, sino que también ofrece la oportunidad de detenerse en el camino y apreciar la belleza del paisaje que se despliega a cada paso.

La mejor hora para subir al Cerro de la Campana es cerca del atardecer, cuando el cielo de Sonora se tiñe de tonos rojizos y dorados, creando un escenario inolvidable que pinta el horizonte y deja sin aliento a quienes tienen la suerte de presenciarlo.

El Cerro de la Campana se erige como el mirador por excelencia de Hermosillo, un lugar donde la naturaleza y la ciudad se funden en una experiencia única que cautiva los sentidos y alimenta el alma con la belleza de los atardeceres sonorenses.