Angustia por abandono...
Te invitamos a leer el siguiente texto acerca de la -angustia- ¿Te abandonas tú, o te abandona el ser amado?
Actualmente muchos experimentamos diferentes tipos de -angustia-, ¿Alguna vez has experimentado angustia por abandono? En Taller de vida, te presentamos el siguiente tema. Colaboración del psicoterapeuta humanista, Antonio Ayala.
La angustia por abandono
Ante la amenaza de abandono del ser amado, se desprende un complejo angustioso de que vamos a perderlo todo con él.
Tendríamos que preguntarnos ¿Qué poseo?, ¡Nada! Entonces comprenderíamos que no fuimos salvados nunca por él, sino arrebatados de nuestra individualidad.
Y esa pérdida, nos retorna a nosotros tarde o temprano ineludiblemente.
Entonces nos queda "la nada", aquello que dejamos vacío por no llenarlo con nuestro ser sí, con aquello que nos representaba el ser amado.
Nos desplazamos entonces a nosotros mismos para dar protagonismo a un extraño.
Llenar esa "nada" de nosotros, angustia en un inicio, pues esto tiene que suceder en el reconocimiento de nuestra inherente soledad, pero es el único espacio de reconstrucción del Ser.
Nunca nos enamoramos del otro; nos enamoramos de ese que somos, con el otro.
De igual modo no odiamos al otro, sino a nosotros mismos… el mundo que no marcha bien, no es el de enfrente, sino el propio y aquello que nos angustia, es la proyección de eso que rechazamos en nosotros y depositamos a ajenos para salvarnos a nosotros mismos.
La angustia surge cuando una necesidad no está resuelta aún y se lucha por no admitirlo; no se quiere ceder a resolver, lo que se sabe urgente.
Las angustias y ansiedades que vienen luego de una ruptura, son parte del síndrome de abstinencia que caracteriza los desapegos.
No temas vivirlas pues son parte del proceso de duelo. Es aquí donde muchos por miedo a la angustia, regresan a donde ya no pertenecen y se enclaustran nuevamente en una relación llena de soledades.
La paradoja que te angustia es que tu mente insiste en olvidarle y tu cuerpo en recordarle.
Buscamos ser amados de formas incondicionales para no lidiar con angustias de abandono, porque un amor por merecimiento nos tendrá siempre a prueba, con el riesgo de perderlo si en algún momento dejamos de ser meritorios de tal amor...
La angustia nace de la no aceptación de lo real; por tanto, para su disolución, a menudo hay dos caminos: soportar la realidad o construir una nueva.
