El avión del primer combate aeronaval del mundo en Sinaloa
“Las bombas estallaban con gran estruendo levantando grandes cantidades de agua, haciendo más espectaculares las explosiones… Se trataba de una amenaza de la que no se tenía precedente alguno y por tanto, de un enorme efecto psicológico...".
Fue comprado de contrabando en Estados Unidos, traído en piezas por ferrocarril y mulas. Atacó un barco durante hora y media en Topolobampo
Entre los datos fascinantes de la aeronavegación destaca el registro histórico que refiere el primer combate aeronaval del mundo en Sinaloa. No fue con un sofisticado avión de caza diseñado para la guerra, fue un frágil artefacto de aluminio, madera y bambú.
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El acontecimiento se dio el 14 de abril de 1914 durante el movimiento de la Revolución Mexicana en el combate naval de Topolobampo Sinaloa entre los barcos cañoneros “Guerrero” de Victoriano Huerta y “Tampico”, cuya tripulación se cambió al bando insurgente. Entre cañonazos repentinamente participó el avión biplano G.L. Martin “Pusher” (“Sonora”) lanzando dinamita desde el aire.
El avión que se usó en este combate en Sinaloa fue construido por Glenn Luther Martin, pionero de la aviación en Estados Unidos, quien fundó la Glenn Martin Company y diseñó el modelo G.L. Martin “Pusher”, que estuvo vendiendo en los años 1912 a 1914.
Características del avión Pusher
El modelo de avión estaba construido con una estructura de aluminio, madera y bambú, revestida de tela. Tenía un motor Cutris de 8 cilindros en V con potencia de 75 hp, colocado en la parte posterior de las alas, con un asiento amplio donde cabía un acompañante. Tenía un tren de aterrizaje triciclo con dos ruedas situadas debajo del motor y una tercera colocada delante del piloto sobre la que se encontraba un plano de control lateral.
Los militares del destacamento de Sonora aliados de la Revolución mexicana, Santiago Camberos y Joaquín Bauche, fueron a San Diego y Los Ángeles en Estados Unidos a comprar armas para el movimiento insurgente. Ahí conocieron a mister Van Griffith, presidente del Aeroclub of California.
Sabías que...
Él les presentó al piloto Francés Dider Masson, que se desempeñaba como instructor de vuelo. Lo contrataron para la causa revolucionaria de México y le dieron 5 mil dólares para que comprara el avión y 750 dólares para refacciones. Masson cobraría 300 dólares mensuales más bonificaciones de 50 dólares por cada vuelo de carácter militar y 250 por cada bombardeo.
El traslado ilegal del avión a México
El Gobierno de Estados Unidos apoyaba a Victoriano Huerta (el usurpador), que estaba en el poder en México, por lo que el avión que compraron fue desmontado y empacado en 5 cajas de madera enviadas secretamente por ferrocarril a Tucsón Arizona, y luego llevado de contrabando en una carreta tirada por 4 mulas hasta Nogales, México. (ahí fue detenido en la aduana y rescatado por los mexicanos).
La revolución estaba a toda intensidad. El puerto de Guaymas estaba tomado por el revolucionario Álvaro Obregón. Para desactivar el movimiento Victoriano Huerta envió los barcos de combate “Tampico”, “Morelos”, “Guerrero”, “Oaxaca” y “Demócrata”, con unos 1,500 soldados del gobierno. Pensaban que arrasarían a los revolucionarios con la fuerza naval.
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Ya en México al avión lo llamaron el biplano “Sonora”. El piloto Didier Masson decidió bombardear los barcos con dinamita, con unos artefactos explosivos que él confeccionó. En un sentido estricto los primeros lanzamientos de artillería desde el aire debieron darse en Guaymas Sonora, pero las bombas no explotaron. Masson se decepcionó y regresó a Estados Unidos.
Antes de dejar México capacitó al capitán Gustavo Salinas Carmiña (piloto graduado en la Moisant, de la generación de los primeros 5) en el manejo del G.L. Martin “Pusher”, quedando como ayudante el mecánico naval Teodoro Madariaga.
El día del combate aeronaval en Topolobampo, Sinaloa
Como ya referimos, la tripulación del cañonero “Tampico” desertó del lado de Huerta y se fue al bando revolucionario. El 14 de abril de 1914 se estaba dando un encuentro naval muy intenso en el puerto de Topolobampo al descubrir la tripulación del cañonero “Guerrero” (de las fuerzas de Huerta) que en el cañonero “Tmpico” estaba el general Álvaro Obregón.
En medio de los cañonazos entre los dos barcos apareció en el aire el biplano “Sonora”, piloteado por Salinas y Madariaga como ayudante. De una altura de 500 metros lanzaban bombas atacando al barco “Guerrero”.
Manuel Ruiz Romero, cronista de la Mexican Aviation History, narra que “Las bombas estallaban con gran estruendo levantando grandes cantidades de agua, haciendo más espectaculares las explosiones… Se trataba de una amenaza de la que no se tenía precedente alguno y por tanto, de un enorme efecto psicológico. En el “Guerrero” comenzó a cundir el pánico, mientras las bombas disparadas por el “Tampico” le entraban e lleno al ofrecer todo el costado en sus maniobras evasivas por las bombas aéreas”.
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La aeronáutica oficial de Gran Bretaña reclama que la primera batalla aeronaval se efectuó en Cruxhaven, la noche de la navidad del año de 1914, en plena Primera Guerra Mundial (“Tiempos Heroicos de la aviación”), pero se olvidan que 8 meses antes (14 de abril de 1914) se había dado la batalla aeronaval de Topolobampo. “El primero es únicamente cuestión de cronología”, afirma Ruiz Romero.
Con información de Mexican Aviation History