Es el momento en que los japoneses recuerdan a sus familiares fallecidos con meditación y barquillas con luces lanzadas al agua.

La comunidad japonesa de Culiacán realizó la ceremonia Obon para recordar a sus familiares fallecidos. Lo hicieron en una noche silenciosa entre los bambúes y el agua quieta de una fuente, perpetuando la tradición oriental para honrar a los antepasados.

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Los descendientes de japoneses migrantes llegados a Sinaloa conforman la asociación Nisen y Sansei de Culiacán. En la víspera del día de muertos mexicano, para ponerla en contexto regional, esta fraternidad celebró la ceremonia Kyu Bon (Bon antiguo) que en la luna de julio (15) hacen los japoneses para recordar y honrar a sus familiares fallecidos.

La reunión se realizó en la sección de bambúes del Jardín Botánico de Culiacán, en una noche oscura. Frente a una galería con fotos de los primeros migrantes llegados a Sinaloa, sus descendientes fueron llamados por grupo de familia para encender un incienso y meditar en la memoria que quienes dejaron su patria en busca de oportunidades en esta región occidental.

Luis Armando Kuroda San comenta que los abuelos compartieron un momento de la historia de Sinaloa llegando de Japón, no conociendo el idioma y sufriendo el rechazo que tuvieron todos los ojos de color rasgados. En Culiacán hicieron una gran fraternidad destacando profesionalmente en la medicina, las ingenierías y técnicas.

Comentó que la honra para los ancestros que hacen en esta celebración es porque a su vez ellos como nietos fueron educados como japoneses y no quieren olvidar esos principios como: la honradez, la disciplina, el amor a la naturaleza y el servicio a la patria.

El empresario Kuroda San dice que el estar juntos los emociona, porque fortalecen sus raíces. Cuenta que los abuelos pudieron decidir volver a atrás en su navegación, pero decidieron seguir adelante llegando a Sinaloa, donde los descendientes son su esperanza. “Los hijos, los nietos, deseamos ser una buena comunidad para honrar a nuestros abuelos, por eso se hacen estos encuentros”, precisa.

En medio de la quietud y la oscuridad, los asistentes practicaron también la ceremonia del Toro nagashi, que consiste en poner sobre el agua farolillos flotantes de papel, cuya luz simboliza la guía de los espíritus y la barquilla en el agua representa la guía de los espíritus muertos al otro mundo.

Yumiko Nidome comentó que con esta ceremonia se llama a los espíritus de los familiares fallecidos mediante la luz de la linterna, para que en ese momento estén con ellos. Dijo que en agradecimiento quieren honrar a sus ancestros.

La empresaria Yumiko Nidome precisa que los miembros de esta asociación México-japonesa tienen un vínculo de sangre, “donde cada una de las familias que emigraron a México trajeron y compartieron toda su cultura, cuyos valores se mantienen vivos”, y explicó que desde hace más de 30 años tienen jornadas culturales en Sinaloa para fortalecer los lazos de unidad en la comunidad japonesa.

Durante la ceremonia muchos de los descendientes japoneses se visten con yukata o kimono para formalizar el evento y fortalecer la identidad con las nuevas generaciones.

La ceremonia Obon de Culiacán tiene principios de tradición, disciplina y rectitud. Los recuerdos familiares, entre el bambú, son una historia que inspira.

Imagen: Christian López.