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Fallece José Luis Cuevas, pero flor roja sigue… en los últimos latidos.

Viajero de todo el mundo, recordado en todas partes, visto hasta en la anarquía. José Luis Cuevas pasará a la historia inspirando a las juventudes y artistas.

4 julio, 2017
Fallece José Luis Cuevas, pero flor roja sigue… en los últimos latidos.
Fallece José Luis Cuevas, pero flor roja sigue… en los últimos latidos.

(TBN) Fallece José Luis Cuevas  a los 83 años de edad, pero “flor roja sigue en los últimos latidos”. Es parte de su obra que trajo a pasear al caluroso Culiacán, y que hablará de él inmortalizando su enmarañado arte.

Su propia creación retoma de sí mismo la expresión… “flor roja está ahí, pero a veces está tristeando, descansando, escapando”. Descansando y escapando se fue el artista, irreverente y creativo.

El mes de agosto escogió para sacar a pasear a la capital de Sinaloa su flor roja, una obra compuesta de 33 cuadros, que alojó en el año 2015 en la Casa de la Cultura Miguel Tamayo Espinoza de los Monteros.

Flor Roja

Esperaba comentarios de su público. Hoy que ha fallecido seguro le sobrarán.

Había reunido a pintores del mismo jardín abstracto, a pintores regionales, a artistas y amigos distantes que se volcaron a conocer su compleja creación, como complejos fueron muchos de sus pensamientos.

El mes de julio escogió para sacar a pasear su humanidad de este mundo.

Seguramente se fue abrazando, en la turbulencia de su partida, a su flor roja, la que él llamó “Símbolo del amor, romanticismo y pasión”.

El arte abstracto fue su fortaleza, rompió el molde del estilo nacionalista donde se acuñó con muralistas mexicanos.

6 meses le arrebató a ese año 2015 para producir su serie de: flor roja. Tan pronto como la tuvo, la llevó a pasear a Sinaloa. Allí trataría de imponerse sobre el colorido de las rojas amapolas del alteño Badiraguato.

Y cuando llegaban las visitas a la galería, flor roja no era literal, viajaba en la imaginaria del artista. En la complejidad del psicólogo atrapado en el arte.

La flor roja estaba en “cautiverio”, a veces “escapando del florero”, a veces “topándose con una piedra en el sendero”. Así transitaba el asfalto en complejos títulos.

Cuevas trazó rayas, líneas y enredos para ver a su flor roja “soñando”, “perdida entre los seres de asfalto” y camino “de regreso a casa”. Desafiando el tiempo dibujó a “la penúltima y nos vamos; fue visto “en el último baile” y atrapado “en sus últimos pasos”.

José Luis Cuevas pasará a la historia inspirando a las juventudes y artistas con su Primer Premio Internacional de Dibujo, Bienal de Sao Paulo de 1959. Recogerá muchos premios más después de fallecido.

Viajero de todo el mundo, recordado en todas partes, visto hasta en la anarquía. Pero en Culiacán, su última visita formal a Sinaloa, será para verlo envuelto en sus flores rojas. Se va Cuevas, mas Flor roja sigue… “en los últimos latidos”.

Imagen: posta.com


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