"Lo satisfactorio de la insatisfacción" en Taller de vida.
¿Sabías que dentro de lo insatisfactorio radica la satisfacción? ¡Descubre cómo! REFLEXIONA CON NOSOTROS EN TALLER DE VIDA...
Taller de vida presenta "Lo satisfactorio de la insatisfacción" Una colaboración del psicoterapeuta humanista, Antonio Ayala.
"Despertar con un por qué es indispensable para sentirse pertinente"
Yo no sé por qué estorba tanto la insatisfacción si resulta tan promisorio tener un mañana inconcluso con partes por completar aun a sabiendas de que la completud nunca ha de llegar.
Despertar con un por qué es indispensable para sentirse pertinente.
Contemplar sin empacho los faltantes y saber que ellos dotan de sentido la existencia y no caer en el fraude donde la completividad, ha sido un producto rentable al comercio, utilizado por marcas de mercado que alientan al consumidor con la tácita idea de que con el consumo de "x" producto, mitigarán sus insatisfacciones.
La ilusión de la satisfacción ha trazado caminos empantanados que se difuminan en lo incierto luego de llevar brecha andada a los ilusos que buscaron calmar la sed infinita del alma, que nunca ha de saciarse.
Cuánto desgaste hay en el necio que busca incesantemente apagar sus insatisfacciones, engendrando otras más en sus fallidos intentos, abandonándose, pervistiéndose... frustrándose.
Postergando sus tranquilidades del hoy, por la promesa de una futura satisfacción,
a cambio de presente avasallados por ambiciones fluctuantes e imposibles de calmar.
Causa mayor insatisfacción tener el objeto deseado, que la esperanza de llegar a tenerlo.
La angustia se alimenta de insatisfacciones, por ello hoy se venden los ansiolíticos al cuádruple de hace apenas 5 años y llenos de "necesidades" creadas, hoy tenemos la felicidad más lejos del hombre que nunca en nuestra historia, porque las insatisfacciones de hoy nunca fueron tantas, tan grandes y ambiguas.
Si el hombre moderno se acepta como crónico insatisfecho, eterno incompleto y un saciado de lo efímero, podrá asumirse como un parcial en su totalidad, que lejos de procurar terminarse, dedicará su existencia a contemplar sus faltantes sin que duelan, vivir ilimitadamente a partir de sus limitaciones, postrando su consciencia en la perfección de lo infinito.
