Dignifican la horticultura Pueblos Indígenas en Sinaloa
En Sinaloa se cultivan hortalizas en unas 70 mil hectáreas, y para ello los agricultores demandan de más de 400 mil jornaleros agrícolas, más de la mitad de los empleados son migrantes, y un alto porcentaje son hablantes de lengua nativa.
Los grupos indígenas migrantes y regionales son la principal fuerza de trabajo en cultivo de hortalizas en Sinaloa, pero la marginación y discriminación les acompaña.
Unos 200 mil jornaleros agrícolas migran cada año a Sinaloa para incorporarse como fuerza de trabajo en la producción de hortalizas, la mayoría proviene de pueblos indígenas. Ellos hacen multi-étnico al estado.
En Sinaloa se cultivan hortalizas en unas 70 mil hectáreas, y para ello los agricultores demandan de más de 400 mil jornaleros agrícolas, más de la mitad de los empleados son migrantes, y un alto porcentaje son hablantes de lengua nativa.
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Los indígenas migrantes provienen de Guerrero, Oaxaca, Chiapas, San Luis Potosí, Puebla, Hidalgo, Michoacán y Chihuahua, principalmente. Su valor esencial en la agricultura es el alto rendimiento y especialización en el trabajo.
La mayoría de estos jornaleros indígenas son remitidos a núcleos de vivienda construidas especialmente para jornaleros en los propios campos agrícolas. Ahí coexisten las etnias de manera pacífica interactuando como un solo núcleo de nativos.
Para representantes de pueblos indígenas en Sinaloa, estas personas coexisten arrastrando la marginación y la discriminación como elementos de un racismo que va desde la convivencia en los campos, hasta las instituciones.
El antropólogo Daniel Burgueño Hernández, descendente Tzotzil, considera que todo el país y en Sinaloa, se ve al indígena como una raza desigual.
Precisa que hace 25 años se incorporaron derechos constitucionales para indígenas en nuevas políticas públicas, pero más de 7 millones de indígenas de México aún el 50 por ciento no termina la primaria.
Señala que la lengua nativa que debiera ser vista con honra, en México para muchos es señal de atraso cultural y pobreza.
"Las personas aprenden lengua en sus casas, pero no en escuelas, y existe presión social para no hablar lenguas en público.
Considera a los indígenas Mayos-yoremes de Sinaloa como población en riesgo de perder su lengua, porque tiene hablantes ancianos, pero una población juvenil excluida de la continuidad.
El especialista ve como urgente necesidad elemental aplicar programas de rescate de la lengua y fomento a los hablantes con programas de estímulo, porque representan nuestra identidad.
El Lic. Jorge López Hernández, descendente Mixteco, asesor jurídico, y miembro de la Asociación de Profesionistas Indígenas del Noroeste, considera que el racismo que más impacta en los indígenas es el institucional.
Dice que a partir del 2001 la Ley General de Educación contempla la enseñanza en lenguaje bilingüe intercultural, desde preescolar a universidad, pero no existe en la práctica.
Comenta que en México como en Sinaloa, en materia de salud los hospitales y centros de atención, no tienen intérpretes para conocer los síntomas y necesidades de los indígenas enfermos.
Y en tema de justicia, considera preocupante que se instituyeron los juicios orales, pero no se ha visto o notificado de cuerpos de traductores o intérpretes para indígenas en procesos.
Considera que Sinaloa como principal estado asilo de migrantes indígenas y beneficiario de su fuerza de trabajo está en la posibilidad de establecer programas de dignificación ejemplar.
Juan López García, nativo Triqui, representante del Frente de Unificación de lucha Triqui, de Villa Juárez, Navolato comenta que los jornaleros indígenas de Sinaloa deben tener atención oportuna en las instituciones.
Precisa que unas 300 familias Triquis viven de manera de manera temporal y permanente en Villa Juárez, pero carecen de vivienda, y sufren gran necesidad fuera de temporada hortícola. Tiene preocupación por lo más urgente, comida y casa.
El INEGI (2010) reporta para todo el estado de Sinaloa 23 mil 426 personas mayores de 5 años que hablan lengua indígena. Las lenguas referidas son: Mayo, Náhuatl, Tarahumara y Mixteco.
Jorge López Hernández considera racismo que el INEGI en Villa Juárez no envió encuestadores bilingües. Por tanto, mixtecos, zapotecos, triquis, y otros no pudieron responder a preguntas, a pesar de que ahí existen unos 25 mil indígenas.
El INEGI ubica 11 mil 131 hablantes de lengua mayo en Sinaloa. La distribución de esta población indígena se da mayormente en los municipios de Choix, El Fuerte, Ahome, Guasave, Sinaloa y Angostura. La mayoría se emplea en labores del campo.
En Sinaloa, los Tepehuanes están excluidos del censo de población, de los libros de texto, y de la página oficial del gobierno del estado. A pesar de que junto con los mayos son los dos únicos grupos étnicos genuinos que prevalecen en el estado.
Los Tepehuanes se ubican en el sur de Sinaloa en la influencia del Río Las Cañas, principalmente las comunidades El Trebol y El Trebol 2. Estos nativos son remanente del grupo Totorame, (fugados de Escuinapa y El Rosario a Durango en 1531) y preservan la lengua O´dam de la familia lingüística yutoazteca.
Con este referente los pueblos indígenas dinamizan la economía de Sinaloa y le dan un sentido multicultural y poli-étnico. En tiempos en que se reconoce el valor del indigenismo, demos honra a nuestra identidad nativa.
Imagen: Edición TBN // i2.wp.com // static.tvazteca.com // www.tlachinollan.org