Conocido por su trabajo en Ayotzinapa, en fotografías Rashide nos comparte su perspectiva sobre la realidad.

Tus Buenas Noticias. Una fotografía es el reflejo de vida, pues en un instante quedan grabados los sentimientos de las personas y del mismo lugar plasmado en ésta. Y es el relato detrás de la imagen la que te venimos a contar ahora. El es Enrique Rashide, y ésta es su historia.

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Ayotzinapa y los 43 estudiantes fue un acontecimiento que impactó al mundo entero, y con el objetivo de poder ayudar a los familiares, este fotógrafo emprendió una de las aventuras más grandes de su vida, por la cual sería reconocido a nivel internacional.

El fotoperiodismo fue la dimensión de la fotografía que envolvió a Enrique Rashide Serrato Frías hace 10 años. En la cual, incursionó en un periódico local de la ciudad de Culiacán para después participar en agencias nacionales e internacionales, y así poder convertirse en freelancer y llevar a cabo proyectos que lo harían vivir experiencias inigualables para darle a su vida diera un giro de 360 grados.

En un inicio la fotografía no fue su objetivo, pues pensaba que la música sería el camino que guiaría su vida. Sin embargo, se dio cuenta que ese arte no era para él.

Durante la entrevista, un recuerdo de su niñez llegó a su mente, al recordar a su abuela, quien siempre portaba una cámara, y los álbumes fotográficos que le mostraban el estilo de vida de aquel entonces.

Quizás no fue su abuela su inspiración para adentrarse al mundo de la fotografía, pero sí fue quien le mostró que en una fotografía se pueden ver muchas cosas que a simple vista, no se pueden observar. Una característica que en su futuro y por las experiencias vividas, comprendería.

Una vez dentro del maravilloso mundo de las imágenes, Rashide encontró una manera para expresar su sentir así como descubrir quien era él en realidad. Pues gracias a la fotografía ha conocido a un sinfín de personas, “y cuando conoces aprendes y eso te hace crecer”.

Todo influye, la fotografía desde la manera en la que ves las cosas por las situaciones que has vivido, con lo que te gusta retratar, son por tu experiencia de vida, de alguna u otra manera siempre están ligadas.

Como cualquier otra carrera, la fotografía posee distintas ramas, tales como: de paisaje, de rostro, fotoperiodismo, entre otras. Y esta última, fue la que llevó a Rashide a lugares que nunca pensó conocer, y sobretodo, lo acercó a personas y situaciones adversas que ampliaron su panorama de vida.

Rashide en Ayotzinapa

“Ayotzinapa, la lucha sigue”, ha sido uno de los trabajos más importantes de Rashide, al relatar, no sólo el evento, sino toda la burbuja presentada por el descontento social, la impotencia y tristeza de los familiares así como los comentarios en contra de esta historia.

En entrevista para Tus Buenas Noticias, detalló que el caso Ayotzinapa fue algo que impactó su vida en gran medida, pues que los padres de los estudiantes le abrieran su corazón, fue el detonante principal para crear empatía y hacer su trabajo con respeto y honestidad a fin de retribuirle algo a la sociedad.

Asimismo, el proyecto “Fuegos Cruzados” se suma a esta realidad, pues al retratar el sentir de los familiares que han perdido a un ser querido por las balas en el aire, muestra lo que muchos no ven; a las personas que convierten ‘la diversión de unos’, en la tragedia de otros.

Aunque se puedan malinterpretar sus trabajos por el enfoque a la marginación, Rashide mencionó que es una situación que ya vivió en el pasado, la cual le permitió descubrir que las personas dentro de este contexto “te ven por otra cosa y no por la cuestión económica”.

Agregó que no se trata de sólo tomar la foto, pues “el simple hecho de entrar a los lugares sin saber quien eres y que te cuenten la historia de la persona que fue asesinada y no tenía nada que ver, son cosas que de repente te marcan bien fuerte, porque empiezas a valorar cosas que no veías”.

Entre sus premios se encuentran el Premio Nacional de Periodismo 2013 y 2016, así como el POY LATAM, uno de los galardones más importantes a nivel internacional.

Es así como Rashide se muestra como una persona sencilla, que disfruta los momentos que la vida le regala, como la oportunidad de divertirse con sus perros, pasear por las calles en bici, y disfrutar a sus seres queridos.

Aunque su trabajo es reconocido a nivel internacional, este mexicano comenta que los reconocimientos y la fama pasan al segundo término pues aprendió que esas cosas son banales en comparación con otras que realmente importan.

Lo que te llena es hacer las cosas bien, hacerlas con ganas y hacerlas sinceramente con el corazón nada más, porque todo este mundo está lleno de cosas banales; buscarme y encontrarme y tratar de ser feliz, es eso simple y sencillamente.

A su vez, la fotografía le ha permitido mostrarse ante el mundo como es, y que gracias a las experiencias vividas, su perspectiva al tomar la foto puede variar y convertirse en un estilo multifacético.

“Soy yo, es una parte de mi, una parte de mi emoción y de mi acción en ese momento. No todas las fotos son iguales porque no todo el tiempo soy igual, hay momentos que piensas de otras manera y hay momentos que piensas unas cosas, que sientes”.

Por esta razón, este fotógrafo invita a la sociedad a valorar más la fotografía, ya que no es un simple retrato. Lo que importa es “esa parte que hay detrás de cada fotografía”, los kilómetros recorridos, la persona y la intención a comunicar.

Y es que a la hora de hacer una fotografía, estás retratando a una persona o a un hecho.

No es tomar fotos, porque tomar fotos es como si te adueñaras del momento; es hacer foto, hacer fotografía lleva más, es conocer a la persona e involucrarte y estar ahí.

Su verdadero proyecto de vida

A pesar de haber nacido en Ciudad de México, Enrique Rashide Serrato Frías se siente un sinaloense completo. Y por la gran diversidad que existe en México, desea poner al país por lo alto, ya que como México no hay dos.

De esta manera, mostrar los dos lados de México, el positivo y el negativo, se ha convertido en su proyecto de vida.

Por lo que invita a las personas a elegir lo que verdaderamente los hace feliz, que se sientan agusto con lo que hacen para que le puedan echar todas las ganas y no hacer por obligación, sino por gusto.

Que las cosas que hagan, las hagan con todo el corazón, con todas las ganas y que traten de ser felices… Para eso estamos aquí.

Imagen: Christian López.