Los petroglifos de El Tecomate, son un tesoro ancestral y orgullo navolatense para el mundo
Tesoro ancestral en Navolato
Navolato, Sinaloa.- En el corazón de Navolato, está firme y se muestra majestuoso el cerro del Tecomate. Un testigo silencioso de una historia milenaria que se revela a través de los petroglifos labrados en sus piedras.
En la sindicatura de Juan Aldama, "El Tigre", estos vestigios de una civilización antigua ofrecen un fascinante regreso a la riqueza cultural que precedió a la actual.
Los grabados
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Entre las intrincadas figuras grabadas en piedra, resaltan figuras de las que dicen son representaciones de la Diosa Coatlicue dando luz al Dios Huitzilopochtli, señor del Sol y la Guerra en la mitología azteca.
Estos petroglifos, tallados con maestría ancestral y finura exquisita, han resistido el paso del tiempo y hoy se alzan como un testimonio tangible de la conexión de Navolato con sus raíces históricas.
Para los habitantes de Navolato, estos petroglifos son más que simples inscripciones en piedra; son un orgullo arraigado en su identidad.
La preservación de estos tesoros arqueológicos no solo es esencial para entender la evolución cultural de la región, sino que también destaca la importancia de conservar y proteger el legado de aquellos nativos que nos precedieron.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál fue la cultura que los plasmo, pues según los historiadores estos grabados pueden tener más de mil años de antigüedad, nos da evidencia de las constantes peregrinaciones que tuvo Sinaloa.
Su preservación
La historia que se despliega en el cerro del Tecomate no solo enriquece el patrimonio de Navolato, sino que también contribuye al conocimiento universal sobre las civilizaciones antiguas.
La preservación de estos petroglifos se convierte así en una responsabilidad compartida, una oportunidad de transmitir a las generaciones futuras la invaluable herencia cultural que yace en las piedras de El Tigre.
La belleza de los petroglifos de Navolato no solo radica en su antigüedad, sino en la manera en que conectan el pasado con el presente. La pequeña sierrita de El Tecomate junto al mar es además resultado de una erupción volcánica en el sitio.
Cada línea labrada en las grandes rocas es un enlace al pasado de quienes poblaron la región siglos atrás, una ventana abierta al entendimiento de sus creencias, rituales y modo de vida.
Símbolo de identidad
La preservación y la interpretación de estos petroglifos se convierte en una ardua tarea. La inversión en la conservación y estudio de este patrimonio no solo enriquece culturalmente a Navolato, sino que también lo posiciona como un referente cultural que destaca en el noroeste de México.
Los petroglifos son un símbolo de identidad y fieles testigos de la historia. Ahora, la asignación es velar por la continuidad de ese legado.
Un regalo para las generaciones venideras y que tengan la oportunidad de admirar los mensajes ancestrales que hoy, tus ojos tienen la oportunidad de apreciar. En Navolato hay historia y en los petroglifos, hay un tesoro de los ancestros preservado por siglos.
El cerro de El Tecomate es un mirador para contemplar la llanura costera, la salina de Malacatayá y la extensa bahía de Santamaría. Un lugar para deleitarse en la historia y la naturaleza.