Jesús Mario "El Lupón" es un joven emprendedor que deleita a todos con la sazón que le pone a sus tacos.

A veces, quienes deberían ser una fortaleza se pueden llegar a convertir en una piedra de tropiezo. El desánimo, la desilusión y la falta de apoyo pueden ser un detonante para que un emprendedor abandone el sueño de construir un futuro. Pero no es el caso de “El Lupón”.

Ese tipo de situaciones en lugar de hacerlo caer, le han servido a Jesús Mario Padilla García, mejor conocido en Alturas del Sur como “El Lupón” como una fortaleza para avanzar con lo que se ha propuesto en la vida.

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Cuando apenas era un joven de 21 años, tuvo la idea de emprender con una carretita de tacos de panza, buche y tripa. Se instaló en la colonia Campesina El Barrio. Todos los días hacía su luchita por lograr “aclientarse”. Poco a poco iba logrando su objetivo, sin embargo, la falta de apoyo en su familia lo hizo desistir en su objetivo.

“Mi abuelo tenía una camioneta que no movía. Se la pedí prestada para trasladar las cosas de mi casa a la taquería. Mi abuelo me dijo que ese no era negocio, que mejor me dedicara a otra cosa. Aún así insistí hasta que me la prestó. Al ver que me estaba yendo bien, me pidió que ya no moviera la camioneta. Me la quitó para dejarla estacionada afuera de su casa. Eso me llegó. Después todo fue más pesado. Teniendo todo ese peso sobre mis hombros me desalenté y dije, el negocio no es para mí”, dice con una voz de melancolía.

Periódico de Alturas del Sur - Octubre 2021

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Sin embargo, con el paso de los años encontró el empuje que necesitaba para lograr su sueño de ser empresario.

Al estudiar su carrera de Trabajo Social, conoció a una joven especial, alegre, con ánimo de superación y quien precisamente le puso el apodo que ahora lo distingue de entre los demás.

Haydeé Gabriela Núñez se convirtió en algo más que una compañera de escuela, llegó a ser el apoyo que “El Lupón” necesitaba para emprender y su compañera de vida.

Un día de tantos, al celebrar un evento familiar, “El Lupón” fue designado para preparar la comida. Para su sorpresa el toque que le puso resulto ser todo un éxito.

De inmediato Gaby organizó todo y lo alentó para explotar sus habilidades culinarias. Pasaron 15 días cuando en la cochera de su domicilio ya tenía puesta una carreta donde ofrecía su especialidad, tacos de panza, buche y tripa.

Los vecinos de Alturas del Sur empezaron a conocerlos y de inmediato se volvieron clientes. El sabor y ese toque único que “El Lupón” le pone a sus tacos lo distinguen del resto, e hicieron que rápidamente empezara a crecer el negocio.

Al ver esta situación de progreso en los nuevos emprendedores, el arrendador de la casa en donde vivían, decidió pedirles la casa para poner sus propios tacos.

Triste y desanimado de nueva cuenta por la desventura con su negocio, “El Lupón” había decidido no continuar.

Para su fortuna, Gaby estaba ahí al pie del cañón y nuevamente lo motivó para seguir de pie. Rentaron un local comercial y es ahí en donde ahora atienden a sus clientes.

“Algo que he aprendido en la vida y todo lo que me ha pasado con mi negocio es que no te debes de rendir nunca. La vida te cambia. Nosotros empezamos vendiendo $70 pesos y al día de hoy es nuestra meta diaria. Si vendemos más de $70 pesos ya ganamos”, dice con una sonrisa.

Ahora, “El Lupón” es un empresario. Tiene su taquería, los clientes se han convertido en sus amigos. Los empleados son una pieza clave y la atención y buen servicio al cliente los distinguen.

Como dice, son un equipo, una familia que busca salir adelante y ciertamente lo han demostrado.

“A pesar del desánimo, nunca se me quitó el sueño. El sueño de lograr algo. De trabajar como loco para poder tener un mayor futuro y con trabajo lo estoy logrando”, dice.

Así, con ese buen ánimo es como “El Lupón”, se ha convertido en un ejemplo de perseverancia en Alturas del Sur, porque a pesar de las dificultades, nunca se dieron por vencidos. La persistencia es un hábito que debes desarrollar si quieres llegar a las Alturas.

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