Hacienda de Guadalupe un recorrido de purificación, olvidado entre maleza
El templo tiene un decreto único en todo el país enviado desde el Vaticano para perdonar los pecados
El templo tiene un decreto único en todo el país enviado desde el Vaticano para perdonar los pecados
Entre grandes haciendas y casonas construidas de roca del Siglo XVIII, se asoma una ruta turística, histórica y privilegiada por la bendición papal, que promete a quien la recorre salir libre de todo pecado y con una recarga de buenas energías.
La Hacienda de Guadalupe, escondida entre la maleza y el olvido, hecha por españoles para evangelizar a las comunidades serranas, de las más alejadas de Dios, según la historia.
Ubicada entre Pánuco y Copala, Concordia, a tan sólo 65 kilómetros de Mazatlán.
La Hacienda fue construida por Andrés de Ibarra, pariente y heredero del conquistador Francisco de Ibarra.
Esas comunidades fueron importantes centro mineros, o conocidas también como “Las Betas de Pánuco”, a cargo, en un principio por el capitán Francisco de Ibarra, quien falleció el 17 de agosto de 1575 en el Mineral de Pánuco.
A más de 400 años, en esta zona donde abundó el oro y otros minerales, la Hacienda de Guadalupe, aún conserva algunos cimientos de lo que en su tiempo fue la iglesia que tuvo permiso para “purificar” o perdonar los pecados, con tan solo ingresar.
De acuerdo a la historia y escritos que se encontraron, hace mención a importantes diezmos que se enviaban al Vaticano en Roma.
Gionovanchelo Brachi, el Papa Pío VI, decretó el 2 de septiembre de 1788, a través de un comunicado de El Vaticano a Pánuco, que todas las personas que visiten el Templo de Guadalupe recibirán el perdón de sus pecados para alcanzar la gloria eterna, un decreto único en el País.
En una entrevista realizada al Padre José Concepción Hernández “Padre Concho” menciona que la Hacienda de Guadalupe perdió el derecho y la bendición de que al pasar por el arco principal se recibían indulgencias, ya que se dejaron de hacer los “usos y costumbres” desde hace mucho años, con información del portal Sinaloaenlinea.com
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No muy lejos de este lugar se encuentran las ruinas de Charcas, hoy es un sitio habitado por fantasmas de mineros españoles que vinieron con el conquistador Francisco de Ibarra, los que deambulan en un panteón antiquísimo, en donde extrañas vibraciones se presienten al contacto con las viejas tumbas, cuentan pobladores cercanos al lugar.
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