La vecina de la colonia CNOP tiene una joya a la puerta de su casa, pero no lo sabía. La planta de la fertilidad fue una sorpresa.

Un día sin darse cuenta, María Adelaida tenía una hermosa planta con hojas alargadas y de un verde intenso, donde el color amarillo de sus pequeñas florecillas le daba vida al acceso principal de su casa. Era la planta de la fertilidad.

Era una planta silvestre que inquieta nació y floreció siendo arroyada por todos al pasar. Nadie reparaba en agregarle un poco de agua. Por el contrario, era un estorbo que debía ser arrancado de raíz.

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“Mis hijos la han arrancado tantas veces y siempre vuelve a brotar, a mí me gusta por su aroma, pero a ellos les estorba al salir y entrar”, dice Adelaida mientras admira la belleza que recibe a todos los que la visitan.

Según la tierna mujer de más de 70 años de edad, no sabía qué esa, era una planta tan valiosa. Hasta que un señor, de esos que tiene gran conocimiento del herbario mexicano, pasaba por el lugar y se acercó a preguntar si sabía lo que tenía en su casa.

“Yo no sabía que esta planta es una joya. Aquí todos la desdeñábamos hasta que un señor pasaba el otro día por aquí y se “arrendó” para preguntarme si sabía de qué era esa mata. Él me dijo que era una planta muy deseada porque es buena que según para que las mujeres que no pueden tener hijos conciban. A penas los que saben”, dijo con una voz reflexiva.

Y es que la Turnera Diffusa, o comúnmente conocida como Damiana de California o, Rompe Camisa tiene una controvertida fama de afrodisiaca.

Es llamada también el Viagra de los Pobres debido a que en el herbario mexicano se le atribuyen poderes para la concepción.

Tan es así que en Baja California es aprovechada para la realización de aromatizantes y saborizante en la fabricación de licores y café que son comercializados con fines estimulantes.

Esta es una planta de gran valor para las personas que buscan una opción para concebir y sin saberlo, María Adelaida la tenía como cosa sin mayor valor que el de embellecer su casa, mientras que para otros podría llegar a ser la esperanza de lograr cumplir el sueño de ser padres.

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Así, desde ese día es que se ha dedicado a brindarle los mejores cuidados que durante los 40 años que tiene viviendo en la CNOP no le dio a esa pequeña plantita.

“Y fíjese, uno sin saber lo que tiene en su casa. Y que bueno oiga, porque así sin tomarme la Damiana mi marido y yo tuvimos seis hijos, imagínese que me la hubiera tomado”, dice entre risas picarescas mientras se agacha para ponerle un poquito de agua a la planta de la fertilidad que tiene a la puerta de su hogar.

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