Mino Burgos; una tradición que perpetúa su legado
Mino Burgos es uno de los taqueros con más tradición en Navolato.
26 enero, 2021

Con el paso de los años han deleitado a miles de paladares.
Aún con los pasos cansados Mino sigue entre las mesas que le han dado razón de vida. No falta el que pasa por los pasillos del mercado Miguel Hidalgo y le echa el grito.
Con una basta sonrisa Mino responde levantando la mano. Es que ya no puede contestar el saludo. Las cuerdas vocales le fallan y su voz es casi imperceptible.
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Mino, es el hijo mayor de la familia formada por los señores Gabino Burgos y Socorro Sáinz quienes en el año de 1965 decidieron aprovechar el talento del padre de familia.
Gabino era carnicero de oficio y en una ocasión buscando aprovechar todo el cerdo que no lograba colocar entre sus clientes optó por preparar unas carnitas para venta.
Esas carnitas tenían el toque único de sus manos. Eran dignas de los Dioses.
Resultaron el deleite de toda la familia. Pronto la fama de las carnitas de Gabino Burgos creció por Navolato, y fue así que decidió empezar a vender delicioso producto en el abarrote de Isaías Plata, mismo que al día de hoy sigue albergando las carnitas.
Una tradición en Navolato
Ir al pueblo cañero representa para muchos una parada forzada, pues su sabor y tradición los atrapa al igual que al principio.
El legado del señor Burgos se mantiene vigente. Mino es uno de esos hijos que a sus 70 años se siente orgulloso de este oficio que le ofreció su padre. Ahora es Mino quien ha extendido el legado a sus propios hijos, de quienes se siente orgulloso por los logros que han tenido.

Con una gran variedad de platillos los tacos de Mino Burgos ya son una tradición.
Y sus hijos se dicen orgullosos de poder continuar con sus propias taquerías, poniéndole ese toque que los distingue.
Mientras sus hijos crecen en el negocio de los tacos de puerco, Mino con humildad sigue vistiendo su blanco delantal y entre las mesas o detrás de la tabla de picar añora los buenos recuerdos que su padre le dejó en el corazón. Comiendo tacos se siente rejuvenecido. ¿Y cómo no?, si el sabor le recuerda a su padre. Un hombre valiente que se aventuró a vivir entre el exquisito aroma que aún al día de hoy prevalece en el Centro de la ciudad.
Con la dedicación y tradición familiar, los tacos de Mino Burgos le ponen sabor e historia a la gastronomía de Navolato.