La respuesta del sistema inmunológico en mujeres es más intensa cuando se trata de virus

De acuerdo con las estadísticas proporcionadas por el Gobierno de México, de los 74,560 casos confirmados de SARS-CoV-2 al momento, la relación entre hombres y mujeres es de 56-43. Y aún al considerar el número de fallecimientos el sexo femenino sigue siendo más resistente (67-32). ¿A qué se debe?

La pandemia de Coronavirus ha vuelto a poner de manifiesto que las mujeres son más resistentes a enfermedades infecciosas debido a que, según la hipótesis comúnmente aceptada, el comportamiento del sistema inmunológico y endocrino es diferente al de los varones, de acuerdo con la revista Muy Interesante.

Estas diferencias entre sexos en la infección por un virus no son nuevas. Existen otras enfermedades con el mismo comportamiento:

• Evolución del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): las mujeres presentan una menor carga viral en la sangre que los hombres.
• Virus de la hepatitis B y C: Pueden provocar fibrosis, cirrosis y carcinoma hepatocelular; este último se desarrolla más en hombres que en mujeres en una proporción de 7 a 1.
• Virus del herpes simple 1 y 2: Las mujeres desarrollan un mayor nivel de anticuerpos específicos IgG e IgM, por lo que están más protegidas frente al potencial daño neurológico y a la reactivación viral.

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De esta manera, las hormonas sexuales presentan efectos opuestos cuando un virus ataca a las células. El estradiol, principal hormona femenina, tiene un efecto potenciador de la respuesta inmune; y la testosterona, principal hormona masculina, es mayoritariamente supresora.

Lo anterior quiere decir que la respuesta inmune adaptativa, mediada por las células presentadoras de antígenos y por linfocitos T CD4+ (que producen anticuerpos antivirales y linfocitos T CD8+ citotóxicos específicos), es más intensa en mujeres.

De ahí que las respuestas inmunitarias basales son más altas en las mujeres que en los hombres. Por lo que ellas son más propensas a desarrollar enfermedades inmunopatológicas, mientras que los hombres corren el riesgo de padecer infecciones virales persistentes con más frecuencia.

No está claro cómo los virus alteran su virulencia en función del género, pero una vez se conozcan las bases fundamentales de este mecanismo se podría engañar a los virus para que fueran menos virulentos. Sin duda han contribuido a consolidar una nueva disciplina médica que, desde hace 20 años, se conoce como medicina de género.

Con información de la Revista Muy Interesante