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Doña Mary vende gorditas y atole para darte un gustito en Alturas del Sur

Cada temporada de invierno Doña Mary dedica su tiempo a cumplir el antojo de la gente con sus gorditas y atole.

28 diciembre, 2021
Doña Mary vende gorditas y atole para darte un gustito en Alturas del Sur
Doña Mary vende gorditas y atole para darte un gustito en Alturas del Sur

Cada temporada de invierno Doña Mary dedica su tiempo a cumplir el antojo de la gente con sus gorditas y atole.

María Ignacia Angulo Estrada es una simpática mujer que a pesar de llevar sus más de 60 años encima no se queda esperando a que alguno de sus ocho hijos le de un peso para tener qué comer. En cada invierno abre el antojo por el atole y las gorditas.

Mary, es originaria de El Tule, y desde hace algunos años se avecinó en Alturas del Sur, lugar en donde ha encontrado un espacio para establecer su vida. O como ella dice, para pasar mejor sus últimos años de vida.

“Yo me vine a vivir a Alturas del Sur con una de mis hijas. Aquí nos ayudamos mutuamente. Vine a pasar mejor mis últimos años de vida, en un lugar bonito, con mucha gente buena alrededor y rodeada de mi familia. ¿Qué más puedo pedir?” Dice doña Mary con un acento de ternura.

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Desde hace un tiempo para Mary ha sido complicado encontrar un trabajo. Debido a su avanzada edad es difícil para ella establecerse y poder tener un ingreso para cubrir sus necesidades.

Pero como ella dice, siempre hay personas de buen corazón que te pueden ayudar. Un día, viendo la necesidad de Mary, una de sus vecinas, la señora Erika optó por invitarla a trabajar y así emplearla para que tuviera una ganancia diaria.

“Mi vecina, Erika, un día me ofreció la oportunidad de venir a trabajar haciendo atole y gorditas. Como ella sabe que me salen muy ricas, pues me compra todo y nos venimos a vender”, asegura con gran entusiasmo.

Así es como Mary ha logrado salir adelante, cumpliendo el antojo de la gente de Alturas del Sur, quienes cada mañana pasan por su respectivo vaso de atole, champurrado, o avena. Acompañado de una gordita de maíz para calentar el cuerpo y saciar el antojo de las mañanitas.

Desde que Mary tiene este empleo su vida le ha cambiado. Asegura que ya no está angustiada pensando en como hacer para cubrir sus necesidades.

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“Aquí vendo atole y gorditas para sacar un pesito. La verdad estoy muy contenta porque la vida me ha cambiado. Junto con el frío me llegó la buena de Dios”, dice entre risas.

Doña Mary recuerda cuando tenía en su casa a sus ocho hijos pequeños, y cuando la situación se ponía difícil ella les preparaba atole de pinole con gorditas, o “kekis”.

Ahora ese talento de sus manos es el que le da de comer a ella. Todos los días de invierno endulza su vida con recuerdos y además cumple un antojo a sus clientes. Doña Mary es un ejemplo de perseverancia en Alturas del Sur. Con atole y gorditas encontró una nueva forma de Convivencia y sustento.


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