Con los dedos de sus manos, transformados en el balón y los jugadores, con lo que José Richard conoce, al detalle, lo que sucede en la cancha.

Tus Buenas Noticias. La Copa del Mundo Rusia 2018 nos ha traído muchas historias por contar, pero la que te venimos a relatar ahora, es una de la más bonitas. Pues nos dice cómo José Richard disfruta de los partidos con las manos, de su amigo César Daza, sin importar su condición.

José Richard es un colombiano que nació con síndrome de Usher, una condición genética extraña que afecta a uno de cada 30 mil personas, por lo que desde muy pequeño tuvo baja capacidad auditiva, y con el paso de los años la fue perdiendo hasta quedarse completamente sordo a la corta edad de 9 años. Y, a sus 15 años, perdió la visión.

A pesar de ser sordociego, José Richard nunca ha dejado de soñar y las ganas de tener una vida normal, lo animan a salir adelante. Además tiene una alegría que mueve completamente su vida: la pasión por el fútbol.

Entonces, ¿cómo es que este aficionado del futbol puede saber qué sucede en los partidos si no ve y tampoco escucha? aquí es donde aparece la magia de su amigo César Daza.

César Daza es el mejor amigo de José, quienes se conocieron a través de su fundación “Fundación Sin Límites S.C.”, y funge como su intérprete, narrador de fútbol, confidente, sus ojos, oídos y su voz.

Y aunque no apoyan al mismo equipo, empezaron a trabajar juntos y a desarrollar el proyecto “Futbol en la piel”, el cual se basa en la forma de ‘ver’ y ‘contar’ el futbol.

Lo anterior pudo ser posible gracias a que César conoce el lenguaje Braille, y mediante una tabla, puede narrarle los partidos a José Richard solamente utilizando sus manos.

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Él anhelaba sentir un partido de fútbol y me propuso que le describiera el juego a través de una tabla. Aunque a mí al principio me pareció una idea algo loca, José Richard me enseñó cómo hacerlo. La tabla simulaba la cancha, mi mano izquierda era un equipo y la derecha el otro. Así fuimos creando un lenguaje para identificar la tarjeta roja, la amarilla, las faltas, etc. Llegamos a acuerdos y fuimos perfeccionando la técnica para interpretar todo el partido.

Con este método César le señala cada uno de los movimientos de los equipos, cuántos espectadores asistieron, e incluso algunas porras al equipo. Y esto es posible ya que los dedos de ambos se transforman, en un instante, en un jugador, en el balón, en el árbitro o en ambos equipos.

Esta historia es un ejemplo de afecto, respeto, tolerancia y trabajo en equipo de dos personas que comparten una misma pasión: el futbol.

Además nos recuerda que las limitaciones físicas, no tendrían por qué convertirse en un obstáculo en nuestras vidas.

Imagen: PlayGround // El Tiempo