México tiene la oportunidad de ser " el próximo gran poder ' del mundo

"El próximo gran poder" del mundo tiene México la oportunidad.

Muchas personas se sorprendería al saber que la economía mexicana está en altos rankings con el Reino Unido e Italia.

México tiene el 11 de los más altos - PIB en el mundo basado en la paridad del poder adquisitivo, según el Fondo Monetario Internacional . A medida que se debilita Europa, que estará en la parte superior 10 en un futuro no muy lejano.

Sin embargo, este país es considerado por muchos extranjeros como una nación del Tercer Mundo, con predominio de carteles de la droga y las personas pobres desesperadas para entrar en los Estados Unidos. Obviamente, México no está tan desarrollado como Gran Bretaña es como la mayoría de las naciones en la transición del subdesarrollo a un mayor desarrollo, México sufre de clase sustancial y la desigualdad regional. Pero eso no cambia la realidad básica de la fuerza relativa de México.

México tiene una de las economías más importantes del mundo

Si bien es cierto que existe el crimen organizado en México y que muchos mexicanos quieren emigrar a los EE.UU., un número más o menos igual están abandonando los EE.UU. y regresan a México... atraídos por nuevas oportunidades económicas en su país de origen.

 La planta de automóviles más grande en el hemisferio occidental se encuentra en México, y Bombardier construye componentes principales para los aviones allí. México tiene muchos problemas, por supuesto, pero también los tiene Reino Unido (la economía-10 más grande) e Italia (12). Al mismo tiempo, Italia también tiene desigualdad regional sustancial. México no puede aspirar a estándares británicos, pero Italia es un modelo razonable.

La desigualdad disminuye la importancia de ser 11º en algunos aspectos. México se percibe habitualmente, demasiado simplista, como un país del Tercer Mundo con un desglose general del derecho y una población que busca huir hacia el norte.

Esa percepción también es común entre muchos mexicanos, que parecen haber interiorizado el desprecio o decepción de manera permanente. Los mexicanos saben que la economía de su país creció un 2,5 por ciento el año pasado y se prevé que crezca entre el 2 por ciento y 3 por ciento en 2016, más o menos igual a la proyección de crecimiento para la economía de Estados Unidos. Pero, curiosamente, tienden a minimizar el significado de los números de crecimiento competitivo de México con una economía global débil.

Aquí, por lo tanto, tenemos un fenómeno interesante. México es, de hecho, una de las principales economías del mundo, sin embargo, la mayoría de las personas no lo reconocen como tal y tienden a descartar su importancia.

América del Norte es ahora una isla de tranquilidad de oportunidad, con México como la región más prometedora económicamente. El hemisferio oriental (Eurasia en particular) se está moviendo hacia el fracaso sistémico. La UE está luchando para gestionar una serie de problemas. Rusia está contendiendo con retos estratégicos y económicos, en particular la caída de los precios del petróleo.

China está tratando de encontrar una nueva normalidad estable y mantener la estabilidad social. En cuanto a Oriente Medio, ningún resumen sería suficiente. El resto del hemisferio oriental está experimentando lo que podríamos llamar "la inestabilidad normal".

En comparación con otras partes del mundo, América del Norte no sólo es notablemente estable, pero también lo está haciendo bien económicamente. Después del colapso de la Unión Soviética, ya no había ningún poder global europeo. El centro de gravedad del sistema internacional se alejó de Europa... a América del Norte.

Mientras que aproximadamente el 30% del PIB proviene de las exportaciones en Rusia, el 46% en Alemania y 23% en China, las exportaciones estadounidenses representan sólo el 13% del PIB con más de un tercio de ese total vendido a Canadá y México.

Mientras que los poderes del Hemisferio Oriental se tambalean al borde de un volcán económico, Estados Unidos se encuentra relativamente aislado de la disminución de la demanda mundial de importaciones. Y EE.UU. aísla a los países en sus fronteras norte y sur en gran medida.

El contraste entre la Unión Europea y el NAFTA es crítico.

La diferencia más importante es que Alemania, el fundamento del sistema europeo, es un exportador masivo, mientras que Estados Unidos es un importador neto. Por la amplitud de la base económica de Estados Unidos, el flujo neto negativo tiene poco impacto. Sin embargo, tiene un giro importante en términos de México.

Las exportaciones, más del 80% de lo que va a Estados Unidos, constituye el 32% del PIB de México. PIB de Estados Unidos es de aproximadamente $17 de billones de dólares, y las importaciones de México son aproximadamente el 0,2% de la economía de Estados Unidos, por lo que tienen un impacto muy limitado. Pero su impacto es mitigado aún más debido a las exportaciones de manufacturas en México contienen una cantidad sustancial de componentes fabricados en los EE.UU...

Por ejemplo, México es uno de los principales exportadores de automóviles a los Estados Unidos. Estos coches no se venden con una etiqueta de México, México ya los fabrica para las empresas extranjeras. Pero a diferencia de las exportaciones japonesas o chinas a los Estados Unidos, los coches fabricados en México contienen alrededor del 40% de sus partes compradas en los EE.UU... Esto significa que los fabricantes estadounidenses contribuyen al valor total de las exportaciones mexicanas.

Pensando más allá del sentido común

Hoy en día, México es visto como una tierra de traficantes de drogas. Sin embargo, esta percepción es como ver a Estados Unidos como si se tratara de Chicago en los años 1920 y 1930 y el estadounidense típico como Al Capone. El temor mexicano a EE.UU. no es irracional.

Tampoco lo es el miedo de Estados Unidos a México. Es fácil de construir una historia de México con los carteles y los extranjeros ilegales que buscan saquear y aterrorizar al país. Hay una historia profunda entre ambas naciones, una historia que se regenera de manera diferente en distintos tiempos.

Todo el mundo sabe lo que Donald Trump ha estado diciendo de México durante su campaña y se resiente la forma en que se alimenta de los temores estadounidenses. No se puede negar estos miedos... o que Trump los entiende. Tampoco se puede negar que hay algo de verdad en ellos. Sí, hay carteles y los inmigrantes ilegales (menos que antes). Pero es la distancia entre el México que evocan estos temores y la realidad de en lo que México se ha convertido eso es sorprendente.

Los propios mexicanos ni siquiera confían en su propia transformación. Ellos esperan que el éxito sea arrebatado de ellos, probablemente por los Estados Unidos.

Pero aquí están los hechos: México es la economía 11 más grande del mundo, con libre acceso a la economía más grande en el mundo... sin mencionar, grandes cantidades de inversión estadounidense entrando al país.

Puede que todavía tengan que hacer frente a los retos de compartir una frontera con Centroamérica, pero con China en declive, incluso los pobres del sur podrían ser movilizados por las industrias de bajo nivel que convirtió a China en un éxito y que ahora buscan un nuevo hogar.

La frontera y los contrabandistas que viven allí no representan México. México será uno de las 10 mejores economías del mundo en corto, y desde que América del Norte es ahora lo que una vez fue Europa, la perspectiva de dos grandes potencias en un continente es preocupante.

Por supuesto, la mayoría de nosotros no podemos imaginar a México como una gran potencia. Tampoco podían mayoría de las personas prever el emerger de China o la resurrección de Japón, o incluso el propio Estados Unidos, como una gran potencia. Se trata de un fracaso de la imaginación que hace pasar por el sentido común. Siempre dudo de la capacidad de la humanidad para gestionar su futuro. Los rollos inevitables sobre nosotros. Pero aquí hay un momento en que comprendo en lo que México se ha convertido que sólo podría tener algún valor real, para nuestros nietos.

Fuente: http://read.bi/1S8mNEh

Imagen: tomada de la fuente.