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Prevenir la violencia infantil está en tus manos

La violencia infantil es un problema que puede evitarse mediante la prevención y la actuación adecuada de los padres.

9 marzo, 2021
Prevenir la violencia infantil está en tus manos
Prevenir la violencia infantil está en tus manos

La violencia infantil es un problema que puede evitarse mediante la prevención y la actuación adecuada de los padres.

Tan importante cómo detectar la violencia infantil es la prevención de los malos tratos en la niñez. Es esencial que los niños crezcan en un ambiente de armonía y que sean inculcados modelos de referencia y una educación desde la más temprana edad.

Es muy importante recordar que el diálogo es la vía para resolver cualquier problema y no la agresividad o el insulto. Ser amables, tolerantes y respetuosos con los demás no debe ser la excepción, sino la regla.

  1. Es importante fomentar en los niños valores éticos y morales, así se podrá establecer buenas normas de convivencia.
  2. Debemos de ser conscientes a la hora de hablar y tratar a los niños que son personas especialmente frágiles.
  3. El ser humano tiene que aprender y ser capaz de controlar la ira y la agresividad de forma adaptativa y adecuada. El control de las emociones es fundamental.
  4. No hay que olvidar, la importancia de desarrollar  en los niños la capacidad de empatía para ser capaz de ponerse en el lugar del otro y  comprender que nuestra actitud puede provocar sufrimiento en el otro.
  5. Los adultos son un modelo a seguir para los niños. Un entorno donde impera la violencia va a favorecer que los niños aprendan esos modelos de conducta y puedan repetirlos.

Se tiene que facilitar a los niños:

  • Bienestar físico, afectivo, emocional, educativo y social.
  • Velar por sus derechos e intereses.
  • Capacidad de escucha, facilitarles la oportunidad de expresarse y que se sientan comprendidos y arropados emocionalmente.
  • Permanecer atentos a sus necesidades y demandas físicas y afectivas.

La sociedad, en general y la familia en particular debe proteger y proporcionar a los niños un entorno seguro, afectivo, adaptativo y estructurado. Así, se garantiza un adecuado desarrollo psicoevolutivo del niño y una infancia feliz.

 

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