Una ciudad con alma respeta la vida, concurre y organiza lo metropolitano para que todos ganen.

Culiacán una ciudad con Alma es la premisa que el desarrollador urbanista Pedro Acebillo ve elemental para la capital Sinaloense, donde se potencie el valor estratégico de sus ríos, el agua y el valor de la vida humana.

Pedro Acebillo Marín es Coordinador del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) y fue invitado a disertar la conferencia “Culiacán una ciudad con Alma” ante urbanistas, autoridades municipales y desarrolladores.

Expuso que las ciudades con alma se planean y se regeneran a tiempo. Habló de la riqueza de los 3 ríos que tiene la ciudad de Culiacán, y la necesidad de cultivar los ríos, y para eso la necesidad de vigilar las aguas tienen que ser extraordinariamente limpias.

Agregó a ello la necesidad de formalizar los asentamientos informales, promover la corresponsabilidad fiscal y promover el desarrollo local (lo que pasa en casa llevado al mundo) sostenible, “cómo le llevo al mundo los ríos, el agua, los peces, lo que produzco y mi paz interior”.

Dijo que para que haya paz interior debe haber paz exterior. Puntualizó que las ciudades con alma educan valores, siendo el primero de todos, el valor de la vida, del que dijo que si se ha perdido ya, debe recuperarse; recuperando primero a la ciudadanía y trabajar en el respeto a los demás.

Comentó que las ciudades con alma respetan el paisaje urbano, alientan la descentralización de las decisiones a los barrios, generan espacios públicos en favor del peatón, potencian lo rural como garantía de la calidad de vida urbana y practicar la gobernanza.

Pedro Acebillo Marín fue invitado por el Instituto Municipal de Planeación de Culiacán al Foro de Consulta ciudadana 2017. Ahí puntualizó que planear la ciudad es complicado, pero “quienes no piensan la ciudad están condenados a padecerla”.

Habló de la necesidad de incorporar las tecnologías al desarrollo, y gestionar conocimiento sobre la esperanza de vida, la calidad de vida, buscar información para añadir virtudes a la cadena de valor.

Que el alma de Culiacán les empuje a retomar la vida en sus manos, a buscar la transparencia y repartir las oportunidades, a convertir las calles en jardines para que se encuentre la vida, a proteger el agua para desarrollar la industria que tiene que venir y la que ya está, y a proteger el derecho a la ciudad.

Finalmente llamó a los culiacanenses a pensar juntos la ciudad que queremos tener, y defender los valores por los que vale la pena vivir.

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