Su cola extendida le da un sentido de extravagante en medio de los mares.

(TBN) Quienes tengan la oportunidad de visitar la Isla de El Farallón al norte de Sinaloa no pierdan la ocasión de buscar al rabijunco, un huésped distinguido que engalana los mares con su blanco plumaje y su extravagante cola extendida.

Todas las aves marinas son sorprendentes por sus complejos modos de sobrevivencia, pero algunas son más admirables por sus características singulares. Al rabijunco lo hace más especial su larga cola y su pico rojo.

Rabijunco es una palabra derivada de la conjunción: rabo de junco. Pues su cola semeja una hoja de junco, papiro, o tule, como en Sinaloa le llaman a esta planta.

Esta ave se parece a las gaviotas o algunas golondrinas marinas, pero pertenece a la familia Phaethontidae, y se le conoce por su nombre científico como Phaethon aethereus, su nombre en inglés es Red-billed Tropicbird, y su nombre común es: Rabijunco etéreo o Rabijunco pico rojo.

En América se distribuye en algunas regiones del Océano Pacífico oriental, y al sur del Océano Atlántico. Su ubicación en la Isla de El Farallón de San Ignacio, es uno de los pocos lugares de avistamiento en Sinaloa.

Su distribución es muy amplia, pero a la vez es un ave poco vista. Esto se debe a que los rabijuncos tienen por hábitat los mares tropicales y a relativa distancia de la costa.

Se reproduce en islas, mayormente en aquellas de tipo rocosas y con acantilados. En Sinaloa la isla de El Farallón se ubica a 34 kilómetros de distancia respecto del muelle del puerto de Topolobampo. La isla tiene una longitud máxima de 760 metros en los puntos más extremos.

A pesar de que toda la isla de Farallón es una saliente rocosa de grandes acantilados, la zona de anidación del rabijunco es exclusivamente la parte oriente. Los que hemos tenido la oportunidad de estar en ese fascinante ambiente, hemos visto sus nidos en los huecos bajo las rocas en pequeños riscos.

En esta isla, cuando están en temporada reproductiva (de octubre a junio. Guevara M) las aves permanecen dóciles en el nido permitiendo el acceso de personas casi al límite del tacto, y luego responde con agresividad. No construyen nidos, sólo ponen sus huevos en el suelo entre grietas rocosas.

El rabijunco se alimenta de pequeños pececillos, y calamares o pulpos (cefalópodos), que identifica desde el vuelo y se lanza a las aguas para su captura.

Su mayor belleza la manifiesta en las alturas donde se ve su hermoso plumaje con barras negras en el dorso, rematado con una cola lineal extensa. Durante la época reproductiva es una grácil voladora, con un cortejo de vuelo paralelo una sobre la otra rozando el plumaje de sus colas.

Así, cuando navegues por la isla de El Farallón, no olvides ver a la distancia a su huésped distinguido, el hermoso rabijunco.