Sinaloa es más intenso que una tormenta
Más allá de la emergencia, Sinaloa es más intenso que una tormenta.
Más allá de la emergencia en la tormenta está la voluntad de levantarse
La tormenta 19-E que azotó Sinaloa el 20 de septiembre parecía no ser tan intensa, pero lo fue. En el recuento de daños fueron 350 mil viviendas afectadas, 13 mil hectáreas de cultivos perdidos, 2 mil 900 personas evacuadas y al menos 4 personas fallecidas. Pero Sinaloa se sacude el lodo y se pone de pie.
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La precipitación fue inusual, 360 milímetros en un día, con inundaciones en centro y norte de Sinaloa. Las imágenes urbanas más impactantes de la tormenta fueron de Culiacán, le siguieron las de Los Mochis y Guasave, y con igual intensidad de daños en zonas rurales de El Fuerte y Angostura, particularmente en El Carrizo.
Las autoridades que conforman el Comité Estatal de Protección Civil encabezados por el gobernador del Estado Quirino Ordaz Coppel sesionaron para precisar las condiciones que privaron durante y después de la tormenta. De ahí se desprende la Declaratoria de Emergencia en 11 municipios.
Entraron en esta categoría los municipios de Ahome, El fuerte, Choix, Guasave, Sinaloa, Angostura, Salvador Alvarado, Mocorito, Badiraguato, Navolato y Culiacán, que hicieron de sus arroyos, drenes y canales escenarios de ríos con destrozos en carreteras, comunidades y zonas agrícolas.
Las imágenes captadas en la ciudad de Culiacán sobre el impacto de las lluvias, las corrientes de agua, los arrastres de autos y zonas inundadas sobreabundaron en redes sociales y medios de comunicación. Fue la propia ciudadanía con sus dispositivos que captaron lo momentos más impactantes de la tormenta.
Los arrastres de agua en el Río Mocorito saturaron en un día la presa Eustaquio Buelna, que alcanzó un máximo de almacenamiento hasta del 144 por ciento, y en consecuencia desfogues al río hacia el municipio de Angostura. Las otras 10 presas sólo incrementaron sus embalses.
Más allá de las culpas, las responsabilidades, las omisiones y los daños, Sinaloa se pone de pie. Se sacude el lodo y empieza a caminar.
No es la primera vez que es impactado por una tormenta o un huracán, ni será la última. Es un estado cuya economía principal, la agricultura, depende del agua, y agua es lo que ha recibido. Siempre se ha levantado solo, con o a pesar de sus gobiernos.
Aún del lodo saca fortaleza para fomentar la ayuda y seguir adelante. De su propia experiencia ha aprendido a ser solidario con el resto de los mexicanos en desgracia. Hoy espera su ayuda.
Más allá de la emergencia, Sinaloa es más intenso que una tormenta.
