El antiguo mercado Almada, por siempre en el corazón de los navolatenses
El mercado Almada es uno de los recuerdos que se mantiene vivo no solo en la mente, sino en el corazón de los navolatenses a pesar del paso de los años.
El mercado Almada es uno de los recuerdos que se mantiene vivo no solo en la mente, sino en el corazón de los navolatenses a pesar del paso de los años.
Corrían los años 30, cuando Navolato vivía un nuevo despertar con un período de bonanza laboral en tiempos de gran necesidad. El ingenio La Primavera en todo su apogeo proveía de trabajo para los habitantes del lugar, y aún hasta para migrantes que empezaron a llegar de distintas regiones.
Los comerciantes ofertaban sus productos al interior de aquel hermoso edificio mandado a construir por los señores feudales de la época, los hermanos Ponciano y Antonio Almada.
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En 1930 el mercado que llevaba por nombre el apellido de los terratenientes y grandes hacendados albergaba los productos más frescos a precios no tan accesibles, aunque en denominaciones que hoy parecen muy bajas. Recordemos que el período postrevolucionario significó un tiempo de gran hambruna en la región, pero en Navolato al menos había trabajo.
Los historiadores recuerdan que las asaderas eran vendidas a 15 centavos, el kilo de tomate y cebolla, 10 centavos cada uno. Por lo que las ventas diarias del más grande establecimiento no sumaban más de 15 pesos al día.
Sin embargo, era el único lugar a donde se podía acudir a realizar las compras necesarias para alimentar a la familia.
Pasaron 28 años de haberse construido cuando un feroz incendio devoró las entrañas de aquel hermoso edificio. Obligando a los mercaderes a salir a vender sus productos en la calle.
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Aquel recuerdo continúa vivo entre los habitantes del lugar. No falta el que recuerda con melancolía cuando sus padres o abuelos tenían sus locales en aquel mercado.
Luego del incendio en 1958 se erigió el nuevo edificio que alberga el mercado. El nombre de aquellos fundadores de Navolato fue reemplazado por el del Padre de la Patria. Ahora ya no era el Mercado Almada. Era el Mercado Hidalgo.
Ese mercado que hasta hoy es el centro de la economía en la ciudad. Diariamente se ven entrar y salir a las amas de casa que van en busca del producto más fresco.
Entran buscando alimentos, pero salen llenas de historias, risas y anécdotas. Los locatarios muy a su estilo les sacan plática y cuando se van con sus productos ya llevan para ellas el recuerdo y la amistad que cada día van nutriendo.
Entre los navolatenses el recuerdo del mercado Almada sigue vigente. Pero las nuevas vivencias que van adquiriendo en el mercado Hidalgo, esas quedarán para la posteridad. El mercado es un lugar de colores y sabores donde la historia no tiene prisa.
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