Una bolsa negra fue la compañía de Cristina Manjarrez y sus hijos cuando se quedaron en la calle. Sin embargo, una mirada a la persona equivocada mientras se encontraba en el trance de las drogas, provocó que Cristina fuera levantada y violada por el agresor. Este es el testimonio de una persona que perdió el amor propio y se refugió en las sustancias adictivas creyendo que ahí no pensaría ni sentiría nada.

“Yo a mis hijos les destruí la vida, porque yo llegué a drogarme enfrente de ellos. Yo me drogué embarazada de mi hijo (...) El llegarte a prostituirte para comprar droga, este... tener que soportar que los hombres te usen, también te marca”, con una profunda decepción y soledad platicó Cristina Manjarrez.

“¿No pasa nada?” se pregunta la asociación Malala Academia en relación a los efectos de las drogas en los jóvenes, en sus familias y en su ciudad. Y para mostrar la realidad de este mundo, nos comparte el testimonial número quince de la serie.

Conoce su historia completa:

&ab_channel=%C2%BFNOPASANADA%3F[/embed]

Con esta campaña de prevención, Malala Academia busca generar conciencia sobre el consumo de drogas, el daño que provoca, y todo lo que pierden las víctimas de las drogas.

De esta manera, exhorta a la sociedad, medios de comunicación e instituciones a sumarse para disminuir los niveles de drogadicción en México. Y tú, ¿crees que “No Pasa Nada”?.

A Cristina le gustaba beber alcohol y fumar tabaco en las fiestas. No fue hasta que su expareja le ofreció probar la marihuana para que se relajara. Le dijo que para que evitara problemas y se fugara de la realidad. Y mientras se fugaba la introdujo en un infierno del que pocos salen bien.

La ilusión de ese falso mundo color de rosa le duró poco, pues los problemas con su pareja no terminaron. Al contrario, se intensificaron, ya que él la golpeaba, humillaba y la hacía sentir como basura. caminando de mal en peor Cristina decidió refugiarse en otras drogas para ‘aliviar’ su dolor.

Una mala experiencia personal no fue lo único que vivió Cristina. Después de haber sido levantada y violada, terminó prostituyéndose para comprar su consumo. Su regreso a casa fue un constante suplicar de su hija para que buscara ayuda y pudiera recuperarse.

Encontrar la causa del dolor, es difícil. A algunas personas les cuesta su vida. Cristina hoy se está recuperando, con la esperanza de ser una mejor madre para sus hijos y encontrar un camino más prometedor. Seguir viva es su primera victoria recuperarse es la lucha de cada día. Si crees que no pasa nada, este es el duro caminar.