Su espectacular floración la está convirtiendo en árbol preferido para calles y viviendas.

La amapa rosa, o rosamoradas como también se le conoce, es un árbol que siempre ha estado presente en las selvas nativas de Sinaloa. Su aprovechamiento ordinario ha sido para la extracción de madera, pero ya se convierte en un símbolo de Culiacán por su apreciada floración, que llena de belleza los entornos.

Los últimos años las redes sociales se han usado como el mejor escaparate donde ciudadanos presumen sus árboles de amapa en plena floración, es la mejor manera de reivindicar nuestra flora. Es que con estos árboles la primavera se viste de rosa, dando un agradable colorido a viviendas, parques y calles de la ciudad de Culiacán.

A raíz de las muchas fotos publicadas se ha despertado el interés por tener un árbol cerca, pues no necesita muchos cuidados por ser un árbol característico de nuestras selvas regionales.

Que sea un árbol preferido es una buena noticia

La amapa rosa fue conocida como Tabebuia rosea (Bertol), pero hoy se llama Handroanthus impetiginosus. El hecho de que ahora se haya convertido en árbol preferido es una buena noticia, ya que, por ser una madera muy preciada, su deforestación es creciente. Su situación actual está en riesgo, según la Norma Oficial Mexicana NOM-059 (SEMARNAT, 2010) esta especie de amapa se encuentran en la categoría de Amenazada.

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Rosamorada, Mocorito debiera adoptar las amapas

Rosamorada, Mocorito, el lugar de origen de la banda de “Los Tigres del Norte” debe el nombre a esta planta. Así como la están adoptando como árbol emblemático de Culiacán, también debieran hacerlo los fraccionamientos y todos los pueblos llamados Amapas o que tienen toponimia alusiva a este árbol.

Rosamorada se llama también la cabecera del municipio de mismo nombre al norte del estado de Nayarit, donde este árbol tiene amplia distribución.

A estos árboles también se les conoce como Maculís. Muy probablemente el pueblo de Amaculí, Durango, (ubicado entre la sierra de Cosalá y Tamazula) deba su nombre a este árbol. En otros lugares también le llaman: Palo de rosa, roble blanco, macuil, macuelis, maculishuate, palo yugo, primavera y roble prieto.

En México su distribución se da desde el estado de Sinaloa hasta Chiapas, por la vertiente el Pacífico, y por la vertiente del Golfo de México desde Tamaulipas hasta Chiapas, y le sigue por centro y Sudamérica hasta Venezuela y el oeste de los Andes y Las Antillas.

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Las amapas silvestres de Sinaloa y las que se tienen en la ciudad ofrecen floración discontinua. Unas florecen en invierno y las otras terminan hasta mediados de mayo; esto se debe a la existencia de especies y subespecies traídas de otras regiones, así como la disposición de agua.

En la víspera de la floración tiran las hojas y de manera sucesiva se cubre de su hermosa inflorescencia rosa. Las hay desde colores rosa tenue hasta intensos y casi morados. Sus semillas son de fácil germinación.

En Sinaloa los árboles de amapa son muy codiciados, los ejemplares que se extraen de ambientes silvestres tienen madera muy dura, y se aprovechan mayormente para la construcción de muebles. Es la materia prima para los llamados “muebles coloniales”.

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Que vivan las amapas, que en Culiacán pintan de rosa la primavera.