Recordando la película “Todos los caminos llegan a casa”

Es la historia de Sang-Woo, un niño de siete años que debe mudarse a casa de su abuela muda en la rudimentaria provincia surcoreana, ya que su madre debe trabajar en Seúl. Ante el cambio de entorno, su caprichoso carácter hace de su estadía un acto de rebeldía enfrentado por su tolerante abuela con eterno amor y adorable paciencia.

El acercamiento entre dos mundos irreconciliables en primera instancia y que al tiempo encuentran un punto de unión, al comprender el niño el silencio obligado de su abuela en un proceso mediante el cual los 70 años que les separan ya no parecen un obstáculo, al prevalecer en esta peculiar relación de humildad y la importancia de los lazos familiares como insustituible cualidad formativa.

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Así suele ser la relación madre- hija en el día a día, una distancia indefinida entre ambas, que también llegué a vivir. Parecieran dos mundos ajenos que cuando encuentran su punto de unión, fortalecen la mejor y más duradera relación.

Hoy, tengo la oportunidad de ser madre y veo como “todos los caminos llegan a casa”, sin importar lo que suceda, siempre el amor recorta la distancia entre generaciones.

Fácil no ha sido, menos aún en este periodo de resguardo en casa, mi gran espejo, Karlita, me ha ofrecido grandes lecciones de vida y mi caballero, grandes espacios de cariño y distracción.

Este día de las madres se celebra en casa, lo importante es que sus muestras de afecto la acerquen a quien le dio la vida, exprese lo importante que es para usted y haga lo justo y necesario para resguardar su salud y tranquilidad, que este también pasará.

Un abrazo con cariño en este día que nos mueve de emociones y recuerda el valor de la vida.

Gracias mamá, gracias por darme la vida y permitirme hoy ser mamá.

Un fuerte abrazo a la distancia a cada mamá.

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