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La igualdad en la transformación de México

La buena ley debe moderar la opulencia y la indigencia; no puede haber trato igual entre desiguales.

24 diciembre, 2020
La igualdad en la transformación de México
La igualdad en la transformación de México

La buena ley debe moderar la opulencia y la indigencia; no puede haber trato igual entre desiguales

Fortalecer la igualdad social es un factor clave para el desarrollo de un país, puesto que permite a sus ciudadanos ser libres, sin afectar a terceros, gozando de sus capacidades.

La Guía Ética para la Transformación de México propone 20 principios para construir una vida y una sociedad mejor. A continuación el número once a detalle.

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11. De la igualdad

La buena ley debe moderar la opulencia y la indigencia; no puede haber trato igual entre desiguales

De la dignidad de origen se desprende que merecemos la igualdad. La posición social y económica, el lugar de nacimiento y residencia, la ocupación, el sexo, el género, la orientación sexual, el nivel educativo, las posturas políticas y las creencias religiosas no son un fundamento que justifique dar un trato desigual a una persona por parte de la sociedad o de las autoridades a alguien en particular ni traducirse en la negación de derecho fundamental alguno, ni llevar a nadie a prejuzgar sobre las aptitudes y capacidades de la persona.

Al contrario de lo que pregona el pensamiento conservador, la desigualdad no es un hecho natural ni parte de un orden divino. Quien nace pobre no debe estar condenado a morir pobre.

La desigualdad en cualquier terreno es producto de la injusticia y genera sufrimiento. Ante el abismo de desigualdades de toda clase que imperan en el país y en el mundo, es deber de todos contribuir al establecimiento de una igualdad efectiva. Pero en tanto ésta no se logre, debes ayudar a quienes se encuentran en desventaja, debilidad, riesgo o que sean discriminados en cualquier ámbito de la vida.

No se puede tratar igual a desiguales. El lema “Primero los pobres” no significa otorgar a éstos un privilegio en detrimento de quienes no se encuentran en situación de pobreza sino atenuar las desventajas de quienes se encuentran reducidos a la pobreza a fin de construir una sociedad más justa y más igualitaria.

De la misma manera, se tiene que erradicar el machismo y la violencia contra las mujeres, lo cual no significa discriminar a los hombres, sino procurar una plena igualdad, en la ley y en la práctica, de derechos y obligaciones entre mujeres y hombres y garantizar que las primeras tengan circunstancias favorables para su desarrollo, su integridad física y emocional y su seguridad.

Combatir la pobreza y la marginación de las comunidades indígenas no es privilegiarlas sino restituir los derechos que les han sido negados por siglos y una manera de hacer efectivas su dignidad y su autodeterminación.

Lee: Desigualdad, ricos y pobres

Para las Naciones Unidas, las desigualdades amenazan el desarrollo social y económico a largo plazo, afectan a la reducción de la pobreza y destruyen el sentimiento de plenitud y valía de las personas. Busquemos la igualdad para un mejor país.


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