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El Puente Negro es orgullo y el patrimonio de Culiacán

Continúa siendo un símbolo de ingeniería y progreso en la ciudad.

6 agosto, 2024
El Puente Negro de Culiacán se ha convertido en un ícono de la ciudad. Fuente: Cortesia.
El Puente Negro de Culiacán se ha convertido en un ícono de la ciudad. Fuente: Cortesia.

El Puente Negro, uno de los emblemas más representativos de Culiacán, es una obra maestra de ingeniería ferroviaria y un testimonio del progreso y la transformación de la ciudad en el siglo XX.

Según Jaime Félix Pico, y tomando como referencia el libro “Sinaloa: Historia y Destino” de Herberto Sinagawa Montoya, la construcción de este puente data de los primeros años del siglo pasado y ha sido crucial en la conexión de Culiacán con el resto del país.

"El 27 de octubre de 1904, la Southern Pacific Co. obtuvo de la Secretaría de Fomento una concesión por 99 años para construir y explotar una vía férrea subdividida en los siguientes tramos: del Puerto de Guaymas a la ciudad de Álamos, de Álamos a la ciudad de Culiacán, de Culiacán a Mazatlán, de Mazatlán a Tepic y de Tepic a Guadalajara… Los técnicos del Southern Pacific, norteamericanos en su totalidad, tuvieron que enfrentar graves problemas técnicos en la construcción de los puentes sobre los caudalosos ríos sinaloenses", cita Sinagawa Montoya.


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La gran obra ferroviaria

Esta obra monumental, iniciada durante el gobierno de Porfirio Díaz y con Francisco Cañedo como gobernador de Sinaloa, abrió horizontes hacia el norte y sur para una población que había permanecido aislada del centro y norte del país.

El Puente Negro, terminado a finales de 1907, fue un proyecto liderado por el ingeniero Joseph Stranaham, superintendente de la compañía ferroviaria Southern Pacific.

La estructura fue construida con enormes arquerías de acero fabricadas en San Francisco, California, y luego transportadas e instaladas en Culiacán.

Los desafíos de la obra

La construcción del Puente Negro no estuvo exenta de desafíos. Los ingenieros norteamericanos, al igual que el ingeniero Molina con el Puente Cañedo, enfrentaron problemas significativos debido a las fuertes corrientes del río Culiacán, formado por la confluencia de los ríos Humaya y Tamazula.

A pesar de las adversidades, Stranaham logró conectar Culiacán con Nogales en la frontera norte y con Guadalajara, abriendo un corredor vital para el desarrollo económico y social de la región.

El punto de referencia de la región

El puente, pintado de negro desde su origen, se convirtió rápidamente en un punto de referencia básico para la ciudad. Aunque en alguna ocasión se consideró pintarlo de blanco, la idea nunca se concretó, y su característico color negro ha perdurado hasta la fecha.

Durante la Revolución Mexicana, el Ferrocarril Sud Pacífico fue un elemento estratégico crucial para la logística de guerra. Sin embargo, el 18 de septiembre de 1917, una gran creciente de los ríos Humaya y Tamazula causó la caída de un tramo del puente, evidenciando su vulnerabilidad ante la naturaleza.

Por más de 50 años, desde 1909 hasta su modernización en 1962, Culiacán contó con dos puentes de arquería de aceNo: el Puente Negro y otro de color rojo, que contrastaban majestuosamente con los atardeceres de la ciudad.

En la primera década del año 2000, el Ayuntamiento de Culiacán, con el apoyo económico de Casa Domecq, llevó a cabo un proyecto de rehabilitación que incluyó reparaciones, pintura e iluminación decorativa.

Esta intervención no solo revitalizó el puente, sino que también lo integró al paisaje urbano como un ícono y patrimonio material de los culiacanenses.

Modernización del Puente Negro

Más recientemente, las autoridades locales han invertido en la iluminación decorativa del Puente Negro, convirtiéndolo en una atracción tanto para los residentes como para los visitantes de la ciudad.

En el año 2010, en el marco de las conmemoraciones de los 200 años de la Independencia y los 100 años de la Revolución, se propuso la construcción del Parque de los Centenarios.

Aunque el proyecto no se concretó, el terreno hoy alberga el Parque Acuático, un espacio de esparcimiento familiar desde donde se puede disfrutar la vista del puente iluminado.

El Puente Negro de Culiacán no es solo una obra de infraestructura; es un símbolo de la historia, el progreso y la identidad de una ciudad que ha sabido crecer y transformarse manteniendo vivos sus orígenes y su patrimonio.

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