El casco es el principal elemento de protección de los motociclistas, aunque no el único. Pantalones, botas, guantes y chaquetas completan el equipameinto completo.

El uso de estos elementos puede evitar el riesgo y la gravedad de las lesiones, en caso de un percance.

Por ello, independientemente del recorrido que hagas o de la potencia de tu moto debes utilizarlo siempre y de forma correcta.

• Abrochado y de tu talla

El casco hay que abrocharlo siempre correctamente. Tienes que cerrar y ajustar a la medida la hebilla de sujeción inferior, por debajo de la barbilla, para evitar que el casco salga despedido, en caso de accidente.

Es importante que el casco no se mueva, que no caiga sobre los ojos del conductor y que no presione en la frente.

• Usa un casco integral

Con los cascos integrales evitarás el riesgo de heridas faciales por erosión o abrasión contra cualquier superficie. También, este tipo de cascos te protegen de posibles traumatismos faciales o craneales y, además, reducen los impactos de micro-partículas en los ojos.

• Que tengan buena ventilación

Comprueba que hay suficiente ventilación con la visera bajada, y evita que se acumule el aliento para ganar visibilidad y seguridad en la conducción.

• Manten la visera limpia

Limpia la visera e impide que se maltrate para que puedas tener una mejor visibilidad en carretera. En caso de ralladuras, compra una nueva. ¡No te la juegues!

• Conserva tu casco en buen estado

La vida útil de un casco va desde los dos o tres años.

Asegúrate de que funciona correctamente y que su estado garantiza todas las capacidades.

Para una mejor conservación, los expertos aconsejan no dejarlo durante largos periodos de tiempo bajo temperaturas extremas, tanto de frío como calor; no golpearlo contra materiales duros y tampoco pintarlo o incorporar adhesivos.

• Tras un accidente, compra un casco nuevo

Si tienes un accidente es probable que tu casco sufra el impacto, por lo tanto un deterioro importante, por ello se recomienda comparar uno nuevo.