Nada como un panecito con una taza de café para arrancar el día, ¿verdad? O qué me dices de los días nublados… ¡Qué bien se disfruta de ver la lluvia comiendo pan! Sin duda, comer pan es un placer de muchas personas pero recuerda que todo en exceso tiene sus repercusiones.

La culpa de haber comido pan domina a aquellos que no llevan una dieta correcta, según sea su percepción. Sienten cargo de conciencia por haber comido 2 pedazos de pastel como postre a la hora de la comida.

“Pequé”, es la confesión de algunas personas al nutriólogo con la esperanza de recibir ayuda para perder esas calorías ganadas por el placer gastronómico. O mejor aún, que le digan que puede comer hasta 3 panes y no le va a pasar nada.

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Cecilia Sommer Finkelman, expresidente de la Asociación Mexicana de Nutriología (AMENAX), expresó para Expansión que no puede establecer un número concreto que signifique haberse excedido en el consumo de pan.

Lo anterior se debe a que existen varios factores a tener en cuenta: edad, peso, estatura, si haces ejercicio, entre otros. Lo que significa que el promedio no será el mismo para un oficinista que para un atleta de alto rendimiento.

“Para una persona común comer cuatro donas después de la comida puede ser una adicción, pero para Michael Phelps (exnadador olímpico estadounidense) podría haber sido la porción diaria necesaria para recuperar la energía perdida después del ejercicio”, explicó la experta.

Sommer Finkelman sugiere tres tipos de dietas a sus pacientes:

• Hipoenergéticas (muy bajas en energías)
• Isoenergéticas (con requerimientos calóricos justos para cumplir con la actividad diaria)
• Hiperenergéticas (diseñadas para subir de peso. Enfocadas a deportistas).

La realidad es que el pan es un alimento sabroso y se ha mitificado en diversas dietas que favorecen el mayor aporte de proteínas y grasas, indicó la experta.

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Adicción al pan

Santiago Sandoval Motta, investigador del Instituto Nacional de Medicina Genómica, detalla el por qué microbiológico de la dependencia hacia el pan.

En su investigación indica que existe evidencia de que cuando una persona consume alimentos altos en carbohidratos (como el pan) se libera dopamina “un neurotransmisor considerado anteriormente solamente asociado al cerebro, por lo cual el pan da una sensación de bienestar muy fuerte que el cuerpo finalmente tiende a buscar”.

Además de la dopamina, el investigador señala que la microbiota intestinal también tiene que ver, puesto que “si tenemos un consumo muy alto de pan, entonces se generan microbios muy específicos y poco diversos que ayudan a digerir este producto exclusivamente, lo cual promueve que sigamos consumiéndolo”.

En otras palabras, las personas que comen mucho pan producen un ejército de microorganismos entrenado y especializado para comer solamente harina.

Por lo que la “adicción” es algo que se puede eliminar con tiempo y esfuerzo. Sin embargo, Sandoval afirma que el pan es un alimento con un aporte nutricional muy bajo mientras que su aporte calórico es muy alto.

Por tanto, lo mejor es diseñar una dieta balanceada adaptada a tu necesidad diaria. Y de acuerdo con los expertos, aún no existe un número mágico de cuántos panes puedes comer al día. Lo recomendable es acudir con un profesional.