Prevención de adicciones con perspectiva de género
“De acuerdo con la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la perspectiva de género se refiere a la metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones que deben emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género”
¿Qué es la perspectiva de género y por qué es necesario implementarla?
En la actualidad, la sociedad se ha enfocado mucho en el dejar de generalizar las acciones, los objetos y todo aquello por su relevancia, implique un impacto significativo en la sociedad, ahora todo se focaliza desde la perspectiva de género y una dinámica inclusiva.
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Bajo la premisa de que todos somos iguales en derechos y oportunidades, sabemos que nadie puede ser ajeno a la inclusión y al enfoque de perspectiva de género ya que los vivimos y palpamos a diario hasta en nuestros entornos mas sercanos.
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Este enfoque de perspectiva de género hoy en día se está intentando abordar dentro de la prevención de adicciones, es decir, se está tratando de que la dinámica con que hasta hoy en día se aborda el tema deje de ser general y se transforme en específica y adecuada no solo para las mujeres sino también para los hombres.
Según la FAD (Fundación de ayuda contra la drogadicción), la utilización de la perspectiva de género en materia de prevención de adicciones es fundamental para lograr el diseño de estos programas específicos de prevención.
Según Gisela Hansen Rodríguez, Coordinadora técnico-terapéutica y directora de la Asociación Dianova, abordar este tema desde un enfoque con perspectiva de género implica tener presente las diferencias y especificidades de género en cuanto a los factores que condicionan las motivaciones para consumir, los diferentes patrones, efectos y consecuencias a nivel de salud, social y personal.
En México como tal este enfoque lo encontramos enmarcado dentro de la “Guía Mujeres y Hombres ante las Adicciones”, que podemos consultar dentro de la página:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/14780/EG_Guia_MujeresHombres_adicciones.pdf
Lo interesante en este documento es que sostiene, de manera textual que “Por lo menos la mitad de las personas arrestadas por crímenes tales como homicidios, robos y asaltos habían utilizados drogas o alcohol en el momento que cometieron el delito.”, por lo que pudiéramos inferir que: “Si combatimos de manera adecuada las adicciones, podemos erradicar o disminuir de manera significativa los homicidios y demás delitos”.
Para esto, en opinión de quien suscribe, y en el entendido de que no podemos dar a todos lo mismo cuando las necesidades de cada persona son específicas y distintas a las de la otra, si tomamos como base el hecho de que el 50 % de las personas procesadas por delitos de alto impacto tienen problemas de adicción, debemos no solo de pensar en una prevención de adicciones con perspectiva de género, sino en una estrategia de reinserción social con perspectiva de género que sea específicamente diseñada para cada persona que se pretenda reincorporar a la sociedad, un mecanismo no solo para evitar la recaída en el consumo de sustancias sino que a su vez garantice de entrada la capacidad de producir o generar ingresos suficientes para una vida digna y decorosa, que de paso y por defecto incidiría directamente en la reducción sobre el 50% de la comisión de los delitos de alto impacto.
Tal vez, este artículo difiere un poco de las sencillas aportaciones que me ha tocado compartir por este medio, sin embargo, la razón de compartirlo es que, analizando esta propuesta, si logramos aplicar un enfoque de prevención y de reinserción social en materia de adicciones con perspectiva de género, sin duda alguna estaremos generando más vida en nuestra comunidad.