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Navidad en el Botánico

Las noches más brillantes del año

17 enero, 2023
Navidad en el Botánico

Por Jaime Félix Pico

Cronista Adjunto de Culiacán

La Edición 2022 del Jardín Botánico de Culiacán iluminado con alegres y brillantes luces de ambiente navideño ofreció a niños, jóvenes y adultos una maravillosa oportunidad de disfrutar recorridos nocturnos por las distintas secciones observando los árboles, palmeras y plantas iluminadas en medio de un ambiente de algarabía del público asistente.

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El jueves 12 de enero me dispuse asistir a vivir una experiencia única que por segunda ocasión la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa I.A.P. que administra el Botánico dispone invertir recursos extras al gasto corriente de mantenimiento de las instalaciones para que los culiacanenses tengan una opción, muy creativa, al dar la bienvenida a la Navidad gozando de un espectáculo de luz y sonido a “todas luces” increíble.

Los valores que nos trae la celebración de la Navidad, el nacimiento del niño Jesús, amor y paz, se ejercen espontáneamente al disfrutar de un espectáculo de esta dimensión producto de la creatividad de los artistas del Botánico y la innovación tecnológica que caracteriza al grupo de jóvenes que dirigen este organismo público.

Estoy seguro de la gran aceptación del público asistente a este innovador proyecto, lo constaté al observar los rostros alegres de hombres y mujeres de todas las edades disfrutando de la noche más brillante del año.

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Quizá esto ayude a afirmar el sentimiento de orgullo, pertenencia a una ciudad que cuenta con una instalación, espacio público de calidad -hay que reiterarlo: espacio público- único en el país por sus componentes naturales, arquitectónicos y artísticos, que elevan la competitividad recreativa y turística de Culiacán frente a otras ciudades de México.

Los culiacanenses nos sentimos orgullosos cuando recomendamos la visita obligada al jardín botánico a quienes nos visitan; después del recorrido cuando el visitante se expresa con asombro por lo que vio y vivió, entre las plantas y las esculturas, literalmente lo presumimos como si fuera nuestro.

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Entrada la noche me acerqué a la zona del jardín en mi automóvil y me sorprendió una larga fila de vehículos tratando de ingresar ordenadamente al estacionamiento. Advertí que estaba por vivir una gran experiencia a juzgar por la gran cantidad de personas que, como yo, nos disponíamos a visitar al jardín botánico.

Llegué a la taquilla a comprar el boleto de ingreso, había mucha gente en la fila y otros esperando ingresar al jardín. Lo hacían en perfecto orden atendiendo las indicaciones del personal de servicios, todos identificados con uniforme, asumiendo una actitud de respeto y amabilidad con los visitantes.

Solicité un boleto y pregunté ¿Cuánto cuesta?  al joven de la taquilla que permanecía sentado atrás de un módulo color rojo; “es cortesía del Botánico, señor” respondió el taquillero; ¿cómo? respondí incrédulo, ¿no están cobrando el ingreso? .

¡No señor!, hoy es el último día y queremos corresponder a quienes no tuvieron la oportunidad de disfrutar la Navidad en el Botánico y añadió con la sonrisa en los labios “es una muestra de gratitud hacia la gente de Culiacán que lo merece, mire usted su comportamiento hay orden y respeto, sentimos que la gente le gusta mucho este proyecto”..

La verdad no lo esperaba, tomé el boleto y me dirigí a la fila para ingresar al jardín.

Me Llama la atención ver cómo el teléfono celular se ha convertido en un accesorio indispensable que portan sobre todo los niños y jóvenes que utilizan para registrar en fotografía o video escenas, momentos muy especiales que se viven y quisiéramos conservar en la memoria digital para más adelante recrear y volver a gozarlos.

La tecnología digital puede registrar fotografías y videos sin más límite que la capacidad de archivo del teléfono; almacena sin saturarse miles de imágenes fijas o en movimiento lo cual hace que los jóvenes posen, solos o en grupo, de muy distintas formas, incluyendo las llamadas “selfis” que enviarán a sus amigos o familiares  compartiendo virtualmente sus experiencias y emociones.

En mi recorrido nocturno constaté esta realidad a medida que avanzaba por los corredores iluminados del jardín observando toda clase de personas con los teléfonos en mano tomando fotografías, más no admirando la singular belleza que proyectan estos espacios naturales en una noche brillante. 

Por supuesto yo también portaba una cámara fotográfica para registrar escenas que me servirían para ilustrar esta crónica y espero haya logrado captar las maravillas visuales, las formas caprichosas de la luz proyectada en los árboles, en el estanque y tantos espacios transformados por la colorida iluminación.

Soy visitante frecuente del jardín botánico, lo hago con regularidad por las mañanas después de mi rutina de ejercicio y la caminata por la pista del parque. En fines de semana, mi esposa y yo, llevamos a los nietos a que se diviertan y disfruten el jardín; es un privilegio que la familia pueda gozar de esta instalación y a nosotros los adultos nos sirva para conservar la salud.

En la cúspide del gozo que proporciona el Botánico, reflexiono  con cierta preocupación que haya personas  que pretendan descarrilar la buena marcha de estas instalaciones argumentando tendencias privatizadoras de la administración, y se ostenten como  representantes de una mayoría de usuarios para legitimar sus exigencias.

Sí, es real, no existe tal mayoría, son grupos que buscan intereses personales o atienden consignas de quienes aspiran a controlar estos espacios públicos pues se sienten con derecho de hacerlo

En el tríptico promocional que me entregó el joven de la taquilla hay una frase alentadora: “Hace un año, el Botánico brilló con la asistencia de 70 mil ciudadanos de 53 colonias distintas con la visita de turistas de diferentes partes del país, y este 2022, nuestros corazones se iluminarán de amor con una luz más resplandeciente”.

Sin ninguna duda este año el recuento de visitas será el doble; qué más evidencia para aquellos que hablan de mayorías que los apoyan.

Los puntos de interés del recorrido se diseñaron con la idea de representar una vida plena, en paz y esperanza. Por ejemplo, el Muro de los Deseos nos remite a pensamientos de solidaridad, generosidad, que se traduce en la necesidad de cambiar actitudes y ser mejores personas, para los niños está el punto denominado el Buzón de Santa que liga con el deseo de pedir regalos a cambio de portarse bien.

En “Campanario” un sitio donde el sonido y el juego de luces se mezclan para acompañar un villancico navideño; Spot Flores Gigantes (nochebuenas) aquí es el lugar favorito para las fotos de grupo y algunas “selfis”, igual en el punto  Alas de Mariposa, donde los niños posan para fotos con alas iluminadas y aspiran ser la mariposa Atlas (Attacus Atlas), la más grande que se conoce en el mundo..

El Portal de Belén es el sitio más espectacular del recorrido, miles de luces iluminan formando una suerte de cueva donde los evangelistas  situaron el lugar donde nació Jesús en el pueblo de Belén, cerca de Jerusalén, en un humilde pesebre; por supuesto que es el lugar donde los celulares no descansan.

La sensación al estar dentro de esta “cueva” iluminada es la misma que experimenté cuando observé la instalación de la artista japonesa Yayoi Kusama, en su obra “Infinity Mirrored-Room- The souls of Millions of Light”.

Al fondo del Estanque de los Deseos está delineado con rectas iluminadas el Nacimiento y la Estrella de Belén en todo lo alto, en perspectiva desde el lado norte del estanque se aprecia un fabuloso paisaje rodeado de monumentales palmeras reales con luces en los troncos asemejan pilares de cristal.

Cuando llegué a ese punto me percaté de que había concierto musical a cargo de una artista, cantautora sinaloense, que se hace llamar “Marya” (así le entendí), me detuve a escucharla, había mucha gente alrededor del estanque atendiendo al concierto, sus canciones y su voz juvenil me agradaron, ella fue muy aplaudida al cerrar su presentación con una canción de su autoría que estrenó con el título “Roto”. Una gran noche sin duda ya que se trataba de la última de esta segunda edición.

Muy cerca de este lugar está el árbol gigante, el más alto del jardín, un “Guanacastle o Huanacastle”, espectacularmente iluminado de color rojo, para mí significó una escena dantesca que traía a la memoria los hechos ocurridos en el “jueves negro, pese a lo imaginado era una hermosa escena.

Antes de dejar el Botánico y enfilarme a la salida caminé hacia el sitio destinado a la venta de bebidas y alimentos a un lado de la glorieta de la escultura que los jóvenes llaman “la Mont Blanc” por el parecido al logo de la marca de relojes y plumas; el color blanco de la escultura fue potenciado con reflectores logrando efectos muy interesantes y sugestivos de la figura que representa.

Entre los alimentos y “chucherías” están los deliciosos “churros” que no me atrevía a saborear por razones de disciplina alimentaria, pero pudo más el antojo y pedí solo dos piezas, riquísimos, con el clima frío que a esa hora arreciaba, hizo falta el chocolate para completar el antojo.

Hacia la salida a mi derecha el sitio de los “borregos pastando” que también fueron iluminados, al llegar a la puerta de salida la cual me lleva al monumental corredor de las palmas reales y los banyou, el árbol (ficus) sagrado de la India; estaba una lona con un mensaje de despedida “SOMOS LUZ DE UN MISMO JARDÍN”.¡GRACIAS!


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