¿Alguna vez te has preguntado cómo nació la industria textil en Sinaloa? Para rastrear sus orígenes, tenemos que regresar hasta mediados del siglo XIX, cuando se fundó la fábrica de hilados y tejidos "El Coloso" en Culiacán, la cual jugó un papel clave en el desarrollo de este sector en el estado.

La fábrica de hilos "El Coloso" fue fundada en 1850 por don Joaquín Redo, quien tuvo gran apoyo del presidente Porfirio Díaz para impulsar la industrialización del sector textil en Sinaloa, según nos cuenta Josue David Pina Valenzuela en Revista Espejo.

"El Coloso" se fundó en los terrenos donde actualmente se encuentra la escuela primaria Eustaquio Buelna, mejor conocida como "La 8", en el centro de Culiacán. Sin embargo, fue hasta 1877 que don Joaquín comenzó a equipar la fábrica con tecnología importada de Estados Unidos e Inglaterra, lo que fue clave para aumentar la productividad e impulsar la industria textil en la entidad.

Entre los equipos que el empresario sinaloense trajo a su fábrica desde el extranjero, estuvo un motor Aetna Iron Works, con potencia de 120 caballos de fuerza, así como la instalación de máquinas afelpadoras, de tórculos, calderas de acero y decenas de máquinas de coser de la marca Singer.

Con el nuevo equipo, que representaba lo mejor de la tecnología de la época, la fábrica "El Coloso" experimentó un gran crecimiento, llegando a emplear hasta a 220 trabajadores en su mejor momento, entre hombres, mujeres y hasta niños, de acuerdo con lo documentado por las autoras Bárbara Anahí Toloza y Amanda Liliana Osuna, en "La fotografía como parte del vestigio de la industria decimonónica en Culiacán. Los Casos de El Coloso y La Aurora".

Gracias al éxito de la industria textil en Sinaloa, Joaquín Redo comenzó a administrar sus propiedades con la firma de Redo y Compañía, que se constituyó legalmente como una sociedad colectiva en 1902, momento en que se sumaron su hijos Alejandro y Diego Redo como socios industriales, y fueron ellos quienes quedaron a cargo del negocio tras el fallecimiento de su padre en 1904.

La fábrica "El Coloso" prosperó durante décadas, llegando a convertirse en símbolo de una de las familias más influyentes de Sinaloa. Sin embargo, la llegada de la Revolución Mexicana a Culiacán marcaría su fin, cuando las fuerzas maderistas incendiaron las instalaciones, como parte de su objetivo de destruir los símbolos de la élite porfirista.

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