Carolina es feliz trabajando. Hornea brownies y es emprendedora en Culiacán
Tener una discapacidad intelectual no trunca sus deseos de emprendimiento y superación.
Carolina Montes Armenta, mejor conocida como Caro, tiene 23 años y una energía contagiosa.
A pesar de vivir con Síndrome de Down, Caro no se deja vencer por los obstáculos y ha encontrado en la repostería una forma de ser productiva, independiente y, sobre todo, feliz.
Con el apoyo de su familia y la Fundación Emplea-M, Caro vende sus deliciosos brownies, galletas de fresa y pays de queso en la Plazuela Obregón, en pleno centro de Culiacán.
Una jovencita que conoce el valor del emprendimiento
"Me llamo Caro. Yo hago brownies, galletas, y pays para vender. Horneo sola en mi casa", comenta con orgullo para Tus Buenas Noticias.
Desde que aprendió a hornear en la Asociación Emplea-M, ha perfeccionado sus recetas, y su entusiasmo por el trabajo no tiene límites.
"El brownie es mi favorito, los vendo en 15 y 20 pesos. Me siento feliz siendo productiva, yo soy feliz de trabajar", dice con una gran sonrisa.
Cada vez que alguien le compra uno de sus postres, sus ojos brillan de emoción, y su sonrisa lo dice todo.
Caro no solo disfruta del proceso de hornear y vender sus productos, sino que también valora el esfuerzo y el reconocimiento que ha logrado.
Su esfuerzo le trae algunas recompensas
Con el dinero que gana, se da pequeños gustos, como ir a su restaurante favorito. "Gano dinerito y con ese dinero me gusta ir al sushi, me encanta ir", comenta mientras sus ojos se llenan de alegría y en su mente saborea su sushi favorito.
Vive en el Sector Barrancos, pero cada día se traslada hasta el centro de la ciudad para ofrecer sus creaciones.
Allí, en la Plazuela Obregón, espera a que los transeúntes se acerquen a probar un pedazo de su esfuerzo convertido en dulzura.
Con sus postres, demuestra el valor del esfuerzo
Y aunque pueda parecer un simple puesto de postres, para Caro es mucho más: es su manera de mostrar al mundo lo que puede hacer, de sentirse útil y de aportar su granito de arena.
"He hecho muchos amigos en la asociación Emplea-M, ellos me apoyan, y yo estoy feliz de estar ahí", reconoce.
Caro no solo se ha superado a sí misma, sino que ha encontrado una comunidad que la apoya, y que también la impulsa a seguir adelante.
Cada brownie que vende es una pequeña victoria, no solo para ella, sino para su familia, que la acompaña en este camino.
Caro es un ejemplo de cómo, con apoyo y determinación, se puede salir adelante y encontrar felicidad en lo que uno hace.
Su mensaje es claro: "Me siento feliz siendo productiva". Y esa felicidad la transmite en cada galleta, cada pay y cada brownie que ofrece con tanto amor.
Si pasas por la Plazuela Obregón, no dudes en acercarte a su puesto y probar lo que Caro ha preparado.
Con cada compra, no solo te llevas un delicioso postre, sino también una muestra de su esfuerzo y su alegría por la vida. Como ella misma dice, "soy feliz de trabajar", y su dedicación se nota en cada mordida.
