Una reciente investigación dio a conocer que son alrededor de siete horas de sueño es el descanso nocturno ideal, ya que dormir muy poco o demasiado puede reducir la concentración, la memoria y la capacidad de aprender cosas nuevas, resolver problemas y tomar decisiones.

El sueño cumple funciones críticas en el procesamiento cognitivo y el mantenimiento de la salud psicológica, incluida la consolidación de los recuerdos y el procesamiento de las emociones.

El sueño también proporciona una función neuroprotectora fundamental a través de la eliminación de productos de desecho. Los cambios en la duración del sueño, una característica crítica del sueño, se han relacionado con varias enfermedades y trastornos psiquiátricos, incluida la enfermedad vascular cardio-cerebral y la demencia. La duración del sueño de menos de 4-5 horas por noche se asocia con una mayor mortalidad. La duración prolongada del sueño se ha reconocido como un marcador potencial de demencia incidente.

Jianfeng Feng, profesor de la Universidad Fudan de China y autor del estudio publicado en la revista científica Nature Aging, dio a conocer a través de un comunicado de prensa: "Si bien no podemos decir de manera concluyente que dormir demasiado o muy poco causa problemas cognitivos, nuestro análisis que estudió a las personas durante un extenso periodo parece indicarlo así". "Pero las razones por las que las personas mayores duermen menos parecen ser complejas, y están influenciadas por una combinación de nuestra composición genética y la estructura de nuestros cerebros".

Fueron alrededor de 500.000 adultos de 38 a 73 años que formaban parte del Biobanco del Reino Unido. El estudio que fue realizado por investigadores de China y el reino Unido preguntó a los

Participantes sobre sus patrones de sueño, salud mental y bienestar, se les tomaron fotos del cerebro y datos genéticos de casi todos los participantes.

Otro estudio encontró que las personas de la tercera edad que batallan para dormir y que despiertan durante la noche frecuentemente padecen un alto riesgo de padecer demencia o fallecer prematuramente por cualquier causa, mientras que dormir menos de seis horas por noche se ha relacionados con enfermedades cardiovasculares.

Una de las razones del vínculo entre la falta de sueño y el deterioro cognitivo puede ser la interrupción del sueño profundo, que es cuando el cerebro repara el cuerpo del desgaste del día y consolida los recuerdos. Dormir poco también se relaciona con la acumulación de amiloide, una proteína que causa enredos en el cerebro asociados con algunas formas de demencia. El estudio también sugirió que la duración prolongada del sueño puede estar asociada con la mala calidad y la fragmentación del sueño.

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