La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre (o azúcar en sangre), debido a que el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, causando daños graves en los vasos sanguíneos, dañando el corazón, los ojos, los riñones y los nervios y las extremidades, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT  2018) se observa un incremento del diagnóstico de la enfermedad conforme aumenta la edad de las personas. A nivel nacional poco más de una cuarta parte de la población de 60 a 69 años (25.8%) declaró contar con un diagnóstico previo de diabetes, el cual representa 2.3 millones de personas.

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— Salud en Casa (@Salud_en_casa1) January 7, 2023

En el caso de las mujeres en este grupo de edad se presenta la prevalencia más alta con 35.6% (1.4 millones). En el grupo de 70 y más años, los hombres reportan la prevalencia más alta con el 18.4% de los casos de diagnóstico previos de diabetes mellitus.

En el año 2020 se reportaron 1,086,743 defunciones en nuestro país, de las cuales el 14 % (151,019) fueron a causa de la Diabetes Mellitus, lo que representa una tasa de mortalidad de 11.95 personas por cada 10 mil habitantes, la cifra más alta en los últimos 10 años.

Es importante señalar que la diabetes mellitus se puede prevenir y regular manteniendo una dieta saludable, actividad física regular y un peso corporal adecuado a su edad, entre otros factores. 

¿Cuál es la dieta para pacientes con diabetes mellitus?

Además de considerar en la alimentación diaria:

En el desayuno, comida y cena realizar la siguiente distribución:  

• Dividir el plato a la mitad y en el incluir las verduras que más le gusten, es importante señalar que se recomienda consumir las verduras crudas porque aportan mayor cantidad de nutrientes.
• Una cuarta parte de alimentos de origen animal rico en proteína como pescado, pollo y carnes rojas sin grasas, cuidando que su preparación no sea frita, capeada o empanizada.
• Una cuarta parte de cereales (tortillas, pan, pasta, papa, elote, camote, arroz) o leguminosas (frijoles, habas, garbanzos, alubias), evitando su combinación, por ejemplo, evitar tacos de frijoles, tacos de arroz o comer sopa con tortilla.
• Las frutas se pueden consumir como postre o como colaciones acompañadas de frutos secos.   

 Limitar los alimentos con alto contenido de azúcares, sales y grasas.
•    Integrar la ingesta de cereales integrales: avena, frijoles, arroz integral, harina integral de maíz, ya que aportan nutrientes que el cuerpo necesita, como vitaminas, minerales y fibra. 
•    Consumo moderado de alimentos de origen animal como carnes rojas, siendo preferible el consumo de pescado y aves.
•    Se recomienda un consumo moderado de lácteos bajos en grasas y azúcares: 

Recomendaciones

Se recomienda un consumo moderado de lácteos bajos en grasas y azúcares: 

1.- “Quesos frescos”, por ejemplo: panela, cottage y requesón, ya que a este tipo de quesos solo se les agrega leche y bacterias dentro del proceso de maduración, por lo que los contenidos de grasas naturales se reducen, además de que aportan menos sal por porción y son una buena fuente de minerales como el calcio y el fósforo, así como de proteínas y aminoácidos.

2.-Yogur natural. 

•    Como fuente de grasa fundamental se recomienda el uso de aceite de oliva.
•    Consumo preferente de frutas como manzana, pera, guayaba, fresa, moras, zarzamoras, kiwi, durazno amarillo, debido a que aportan menos cantidad de azúcar. 
•    Consumir verduras frescas o crudas en ensaladas, evitando con ello su cocción.   
•    Elegir el consumo de agua natural, evitando el consumo de refrescos, jugos y frutas en almíbar.
•    No fumar, ni tomar alcohol. 

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