Llamamos tipo de cambio a la relación de valor que hay entre una moneda y otra. Por ejemplo, en el mes de abril de 2013, necesitábamos 12.00 pesos para comprar un dólar. En abril de 2018, los tipos de cambio se habían modificado: el dólar estaba a más de 18.00 pesos.

¿De qué depende el tipo de cambio? En un mercado libre, depende de dos factores: 1) ¿cuánto puedo comprar con esa moneda? y 2) de la oferta y demanda de la misma.

El primer factor puede ilustrarse con un estudio que de una hamburguesa de McDonald’s: la Big Mac, pues se supone que esa hamburguesa tiene los mismos ingredientes y cuesta el mismo trabajo producirla en cada país.

Comparando el precio de la hamburguesa en la moneda local de dos diferentes países, nos da el tipo de cambio: si la Big Mac cuesta 2 dólares en EE. UU. y 30 pesos en México, el tipo de cambio debería ser 15.00.

Las monedas son como todo: cuando son escasas, valen más. Si hay demasiadas, se devalúan, valen menos y pueden comprar menos.

Pero también depende, ya lo mencionábamos, de la oferta y demanda de la moneda. Si en un país muchas personas necesitan comprar dólares y no alcanza con los que hay en el mercado, el tipo de cambio sube, y el dólar será más caro. Por el contrario, los países que exportan mucho a otros y reciben más dólares de los que necesitan, llevan el tipo de cambio hacia abajo.

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Cuando el tipo de cambio de pesos por dolar, es «barato» — digamos 10 pesos por dólar—, los mexicanos compramos más en el extranjero, es decir, importamos más y lo que exportamos es más caro en dólares, lo que reduce las exportaciones.

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En ocasiones los gobiernos populistas de los países interfieren con controles de cambio y los mantienen artificialmente elevados o bajos, lo cual desordena la economía y, en ambos casos, perjudica al país. Observemos el ejemplo de una nación como Venezuela (Abril 2018), donde el gobierno mantiene un tipo de cambio oficial muy barato —digamos de 34,700 bolívares por un dólar (tipo de referencia oficial)— y quienes producen algo para exportación son obligados por el gobierno a venderle a 34,700 bolívares los dólares que reciben en pago por lo que exportan. El problema es que con ese tipo de cambio nadie puede producir para exportar, con lo cual los habitantes del país dejan de producir.

Por otro lado, siguiendo con el mismo ejemplo, las mercancías que importan a 34,700 bolívares por dólar son tan baratas que casi todo lo que consumen es importado. Sin embargo, en Venezuela no hay dólares suficientes, el gobierno controla todos los dólares, está prohibido tener dólares y hay una enorme escasez de productos: la gente no encuentra mercancías qué comprar, las tiendas están vacías, las fábricas cerradas y hay un gran desempleo. Se ha generalizado la pobreza.

Como esto es artificial, se genera un mercado paralelo de dólares. Como hay muy pocos, quien los necesita tiene que pagar hasta 523,000 bolívares por un dólar.

Si alguien siembra tomates y los exporta, el gobierno le da 34,700 bolívares por cada dólar. Pero si cruza la frontera ilegalmente, los dólares que recibe por sus tomates son vendidos en el mercado paralelo a 523,000 bolívares, con lo cual pierde menos.

El control del tipo de cambio por parte del gobierno venezolano ha tenido como consecuencia que en el país no se produzca, que todo se importe y se genere un gran desempleo. Además, las personas huyen de su país.

A quienes tenían empresas, el gobierno los ha ido despojando de ellas; quienes tenían ahorros en bolívares y querían cambiarlos por dólares para salir con su dinero, tuvieron que comprarlos a 523,000 bolívares en el mercado paralelo, y perdieron lo que habían ahorrado. Es como si los venezolanos fueran castigados por no haberse gastado lo que ganaban, o por no haber abandonado a tiempo su país (consultar Google "tipos de cambio en Venezuela").