En México, la comunidad católica celebra con ofrendas los días santos, iniciando desde el domingo de ramos y concluyendo el sábado de gloria en abril.

En las festividades de la semana, durante el jueves santo se realiza la bendición del pan, en donde al salir de la Misa vespertina a los fieles se les entrega un pan bendito y un ramito de manzanilla.

Este pan se entrega como un símbolo de caridad, ya que la caridad representa “el amor puro de Cristo”. En algunas parroquias ese día se da una cena a personas necesitadas o se envía una despensa a las familias más pobres de la comunidad. A cada familia también se le invita a compartir este día el pan con algún hermano que lo requiera. 

¿Por qué se bendice el pan el Jueves Santo?

El origen de esta tradición no está muy claro, pero se dice que a mediados del siglo XIX, la marquesa de Calderón de la Barca, esposa del primer embajador de España después de la Independencia de México, visitó más de 20 iglesias en la ciudad durante la Semana Santa de 1841 e hizo una descripción de todas las costumbres que existían, destacando la presencia de las palmas el Domingo de Ramos que llevaban todos los fieles.

Particularmente ella no hizo ninguna mención a la actual costumbre de regalar a los fieles manzanilla y pan bendito, lo que hace suponer que esta costumbre es posterior al tiempo que le tocó vivir en México, pues en sus cartas aborda sin perder detalle todos los detalles de la Semana Santa.

Algunos historiadores creen que la iglesia otorga esta planta de aroma relajante como retribución a las limosnas de los fieles, sin embargo otros la consideran como planta medicinal que sana todo el proceso de vía crucis que hace Jesucristo.

El pan bendito y la manzanilla, al paso de los años, se han convertido en dos símbolos de la Semana Santa, y en ambos casos, no deben conservarse en casa como si fueran amuletos, sino que deben consumirse como un acto piadoso.

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