Que nos dejó la pandemia del COVID
Las cosas buenas y malas que nos quedó de la Pandemia del COVID


Buenas y malas herencias, nos cambió la vida y cambió el mundo.
La cantidad de personas que trabaja ahora en su casa aumentó de 7% a 30%, más de 4 veces.
Descubrieron que podían trabajar muy bien desde sus casas.
Tanto los patrones, jefes y colaboradores.
Para todos fue un gran beneficio.
Menos traslados, menos riesgos, más productividad, más atención a la familia, etc.
Aumentó la religiosidad.
Más personas se acercaron más a las iglesias y religiones.
Más oración, más temor a Dios.
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Hubo un gran costo monetario para los hogares, empresas y gobierno.
Aumentó la deuda de todos.
Disminuyó el ingreso.
Todos pasaron por un gran bache económico.
A algunos los quebró, a otros les fue más leve.
Creció la venta por internet.
Muchísimo.
Los negocios de venta por internet crecieron como 10 veces.
Nuevos negocios iniciaron y aumentaron sus ventas.
Más gente aprendió a comprar en internet y aumentó su consumo en línea.
Las películas y series en streaming aumentaron.
Nuevos canales, más series, más películas, documentales, etc.
Más producción cinematográfica.
Más gente viendo la televisión.
Aumentó la migración mundial.
Más personas se fueron a vivir a otros países.
Legales e ilegales.
Hubo y hay más presión a las autoridades por la migración.
Aumentaron los servicios médicos.
Muchos hospitales nuevos, con más camas, más equipo, más personal.
Más atención a la salud, pública y privada.
Aumentó la inflación mundial.
En todos los países.
Algunos salieron pronto y otros todavía no salen de la espiral inflacionaria.
Las cosas subieron de precio.
Disminuyó la producción mundial.
El PIB fue menor en 2020 y 2021.
Pero ya se recuperó a sus niveles previos.
La pandemia afectó a los políticos.
Personas y partidos gobernantes tuvieron una crisis fuerte.
Unos salieron derrotados y otros triunfantes.
La solidaridad entre los habitantes creció.
Nos hicimos más sensibles al sufrimiento de los demás.
Todos perdimos a un ser cercano y querido.
Más gente ayudó a más gente.
Asustó a los niños.
Hay una generación COVID que creció con este trauma.
Les generará ciertas reacciones futuras para bien y para mal.
Vivieron infancias y juventudes encerrados, desconfiados y temerosos.
Una vida anormal.
El nivel de aprendizaje de los estudiantes disminuyó.
No podían ir a sus escuelas.
El aprendizaje en casa no pudo ser tan bueno como asistir al salón de clases.
Muchos se retrasaron en sus estudios.
Así como todos los grandes males, el COVID llegó y se fue.
Las cosas y la vida volvieron a la normalidad.
Ahora lo vemos, pero en la pandemia estábamos temerosos de que el mundo siguiera así de mal.