Marisela Ramírez es la maestra de los migrantes sin escuela
Niños, jóvenes y adultos que suspenden clases por dejar sus lugares acompañando la zafra legumbrera encuentran atención en la maestra de todos.
Marisela Ramírez López es la maestra de los migrantes sin escuela, todas las semanas atiende a niños de 10 a 14 años que suspendieron la primaria o secundaria porque sus padres dejaron su lugar de origen para trabajar en el cultivo de hortalizas. También atiende adultos, su dedicación ala enseñanza la ha vuelto indispensable en Villa Juárez.
En la migración de trabajadores que se emplean en las labores del campo a veces los niños se llevan la peor parte, no pueden tener estudios regulares en las escuelas debido a que tienen que interrumpir el ciclo para cambiar de población o regresar a sus lugares de origen.
En los valles de alrededor de Villa Juárez se tienen migraciones de hasta de 25 mil personas. Para los adultos esto representa una oportunidad de ingreso económico segura por al menos 6 meses.
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En rescate a los niños que tienen interrupción de ciclo, que han desertado de la escuela o que buscan una nueva oportunidad de estudios, para ellos está la maestra Marisela Ramírez que los espera con el programa del Instituto Sinaloense para la Educación de los Jóvenes y Adultos ISEJA.
Marisela Ramírez López es originaria del estado de Guerrero, mu mamá es de Oaxaca y su papá de Guerrero, es migrante como sus alumnos, nadie puede entender mejor el fenómeno migratorio que alguien que dejó su tierra; y nadie más puede tener un profundo amor por los nativos que quien procede de ellos.
Así, Marisela Ramírez ya tiene 34 años viviendo en Villa Juárez, siempre tuvo vocación para la docencia, pero cuenta que cuando fue a inscribirse en la Escuela Normal de Culiacán para estudiar como maestra ya no había cupo. Y para no perder la oportunidad de estudiar se inscribió en la carrera de Trabajo Social.
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Fue hasta el 2017 cuando decidió inscribirse en el ISEJA como instructora. Inmediatamente le asignaron niños, con los que pronto se encariñó ofreciendo valiosa información para mejor aprovechamiento escolar en poco tiempo, desborda en ellos la vocación de maestra que desde su niñez buscaba.
Ahora tiene 50 niños que atiende tanto en la Ludoteca de Villa Juárez, como en espacio prestado en el CBTA 261. Tiene grupos de niños de edades diversas, no es importante la edad, lo que interesa es el nivel escolar que cursan, por cada ciclo los niños tienen un seguimiento de avance escolar en 3 etapas en 12 módulos que deben acreditar.
Los niños llegan a ella por haber tenido deserción escolar, por no haberse inscrito en el ciclo que le corresponde o por haber abandonado la escuela por algunos años. Aunque estén con niños de mayor o menor edad, Mariela Ramírez le da atención y seguimiento según la etapa que terminaron en la escuela regular, en su experiencia tiene mayor demanda de educación primaria.
En nivel secundaria tiene mayor número de estudiantes que desertaron y quieren regularizarse. Está muy contenta de haber permitido que entre 300 y 400 alumnos a su cargo ya hayan terminado su educación primaria o secundaria.
Sus grupos de primaria los turna en 3 días a la semana en horario de 10:00 de la mañana a 12:00 del mediodía. Pero también atiende jóvenes y adultos de 15 años en adelante, que no terminaron su primaria o su secundaria, a ellos los atiende en diferentes horarios. Los de primaria los atiende por la mañana los lunes, martes y miércoles y los de secundaria los miércoles y los jueves de 3 a 5 de la tarde. Por la tarde también atiende a grupos de alfabetización. También atiende grupos por la tarde en el CBTA los lunes, martes y viernes de 3 a 5 de la tarde.
Al acreditarse con ella, reciben del ISEJA documentación oficial que los acredita como regularizados tanto en primaria como en secundaria.
Cuenta Marisela Ramírez que lo que le llena de orgullo y satisfacción es el saludo de los niños, jóvenes y adultos que en todas partes le saludan con gratitud diciéndole ¡maestra!, porque es lo que siempre quiso ser y ahora le hace muy feliz.
Sus palabras amorosas y sus consejos también están rindiendo frutos, pues dice con orgullo que el 80 por ciento de sus alumnos que terminan primaria o secundaria continúan sus estudios a otros niveles.
Por las grandes satisfacciones que ha cosechado tanto de sus compañeras de trabajo como por el agradecimiento de sus alumnos, cuenta que le queda una meta por cumplir. Se inscribirá en la Escuela Normal para formalizar su profesión, quiere estudiar la licenciatura en Educación Preescolar, donde pretende pasar el resto de su vida al lado de los más pequeños.
En Villa Juárez hay una maestra buena, la que todos los que abandonaron la escuela quieren tener. Es que, por su gran dedicación y amor a la educación, Marisela Ramírez es la maestra de los migrantes sin escuela.
Tiene la paciencia para entender a los niños migrantes que no hablan bien el español, y a los que ya habían perdido toda esperanza de continuar estudiando. Por medio del ISEJA los envuelve en su manto de afecto y los anima para subir con certeza los peldaños de la educación. En Villa Juárez es la maestra que todos quieren.