Culiacán: la ciudad esponja del noroeste
Pensar en una ciudad verde no es moda, ni una tendencia “progre”. Es una medida racional y razonable basada en ciencia… si queremos vivir en un lugar viable, saludable y con calidad de vida.
Como lo dice su nombre, una ciudad esponja es aquella con una eficiente capacidad de atrapar e infiltrar agua de lluvia, y esa eficiencia se logra con infraestructura verde impulsada desde las políticas públicas.
Con un alto índice de arborización estratégica, restauración y diseño de suelos e ingeniería, Culiacán puede pasar de ser esta ciudad gris, caliente, de concreto y de escasos árboles, a ser la ciudad esponja del Noroeste de México.
La idea de despavimentar debe ser parte de proyectos verdes de mayor calado.
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“La ciudad esponja aprovecha la infraestructura urbana verde, desde la revegetación de superficies impermeables hasta los techos verdes y humedales construidos, para dar resultados positivos en términos de disponibilidad de agua, calidad y reducción de inundaciones”, explica ONU Hábitat.
No se trata de pensar distinto, sino de ser racionales.
Pensar en una ciudad verde no es moda, ni una tendencia “progre”. Es una medida racional y razonable basada en ciencia… si queremos vivir en un lugar viable, saludable y con calidad de vida.
Nada más reflexionemos estos datos. Todo Sinaloa está en situación grave de sequía. La presa Adolfo López Mateos, la más grande que suministra agua de la cuenca del Río Humaya a Culiacán, está al 7 por ciento de su capacidad, mientras que la Sanalona tiene un 9 por ciento, según la información de Conagua al 23 de abril.
Y si llueve no resolverá el problema ni a mediano plazo, por más estimulaciones de nubes que se pretendan. La solución es pensar desde un nuevo paradigma. Intentar otras prácticas innovadoras y probadas.
Hay varias ciudades ejemplo en el mundo. Valencia es la que más ha dado de qué hablar recientemente.
En enero, esta ciudad española recibió el título Capital Verde Europea 2024 por su ambicioso proyecto de ser climáticamente neutra. Un proyecto impulsado desde la Alcaldía.
Al recibir la mención, la alcaldesa, María José Catalá, dijo: “(es) un compromiso real y perdurable, al margen de ideologías, donde la ciencia debe ser la protagonista y marcar la senda a seguir hacia esas ciudades del futuro”.
Esta ciudad tiene ya más de 2 millones de metros cuadrados de jardines, además tiene una cartera de más de 400 proyectos y el objetivo es ser carbono neutral en 2030.
Soluciones basadas en la naturaleza
Cuando pensamos en ciudades del futuro solemos imaginarnos autos voladores y robots en las calles. Es más factible, cercano, saludable y barato diseñar ciudades del futuro verdes.
Para ello existen las soluciones basadas en la naturaleza, que en principio no es otra cosa que aprovechar los servicios de la naturaleza tanto para restaurarse como para proveernos de agua, aire limpio, captura de emisiones de carbono, mejor clima y hasta de bienestar socioemocional.
“Las soluciones basadas en la naturaleza se centran en aprovechar los servicios y beneficios que los ecosistemas nos proporcionan de forma gratuita. En lugar de depender únicamente de tecnologías y estructuras artificiales, estas soluciones buscan trabajar en armonía con la naturaleza para resolver problemas ambientales”, describe el propio Gobierno de México.
Queremos evitar aquí extendernos con detalles técnicos. Hay bastantes expertas y expertos que explicarlo mejor. Hay que crear espacios para escucharles.
La intención hoy es inspirar, motivar, “alborotar la bitachera” para imaginarnos un Culiacán fresco, verde, saludable… con ciencia y con conciencia.
Alborotémonos todas y todos, incluyendo el gobierno municipal.