Así es la democracia.

Y afortunadamente en México hay democracia, ¡por fin!, desde el año 2000.

Llevamos apenas 24 años de democracia, somos una democracia joven.

La política es el arte de convencer a los votantes.

Nos que no votan no influyen en la elección.

Los dirigentes son elegidos por la mayoría de los que votan.

Los políticos deben aprender y dominar la habilidad de ganar votantes.

Con sus palabras, con sus propuestas, con hechos, con sus historias de vida, con la elección y manejo de sus colaboradores y sobre todo con sus desempeños en puestos públicos.

Sus relaciones con los medios son muy importantes, para bien y para mal.

Considerando que hay muchos tipos de medios, masivos, propagandísticos, liberales, conservadores, redes, etc.

Los votantes se fijan en todo, y no son tontos.

Cada uno hace su análisis y decide cuál candidato le conviene más a él y al pais o estado.

Es difícil engañarlos, tienen sensibilidad y ven detrás de las palabras vacías.

Se fijan quienes son los honestos y falsos.

No les gustan los peleoneros, los que solo critican y no proponen.

Tampoco les gustan los negativos o catastrofistas.

Buscan quien gobierne con honestidad, sobre todo.

Están muy cansados de tanta corrupción.

No les deslumbran los títulos.

Ven a la persona, su estilo, transparencia, valores y comportamiento.

La democracia es un buen sistema de gobierno.

No es perfecto, pero es muy bueno.

Que gane quien tenga más votos es bueno.

Será el mejor, el más capaz y gobernará para las mayorías.

Nuestra responsabilidad como ciudadanos es votar.

Pero también respetar a los demás.

Y sobre todo, apoyar a quienes ganen.

Una vez terminada la elección todos juntos remando hacia el mismo lado.

Así avanzaremos más, tendremos más desarrollo económico, social, paz y armonía.