Añorando los días de volver al parque

Columna: Reflexiones de un aspirante a buen vecino. Por Miguel Calderón.

El tema del diseño y operación de los parques públicos inició hace poco más de 170 años en Inglaterra con la construcción del parque Birkenhead. Antes de esa fecha los parques que se edificaban eran privados, un lujo sólo de la aristocracia. Hoy los parques son públicos, pero están cerrados, por eso añoramos los días de volver al parque.

Birkenhead, en Liverpool, fue el primer parque en el que se invirtió dinero público y al que se tuvo acceso universal sin costo de ingreso. La expectativa era tan grande que en el evento inaugural se registraron diez mil visitantes, sólo en esa fecha. Ese día lo exclusivo y reservado se convertía en abierto, público y gratuito.

Después de Birkenhead, y en medio del debate acerca de las ventajas de la instalación de este tipo de espacios públicos, se vieron nacer muchos espacios similares en el mundo para deleite, uso y gozo de la mayoría de los ciudadanos. Hoy, los parques públicos, son tan de uso común y populares que es difícil contenernos en ir a visitarlos frente a los llamados de “quédate en casa” por lo del COVID19.

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He visto videos, a través de whatsapp y Facebook, en los que la fuerza policial invita a los asiduos visitantes de las inmediaciones del Jardín Botánico y su Parque Ecológico a retirarse.

En este punto es que surge una situación paradójica. Mientras que los especialistas en salud mental aseguran que el contacto con la naturaleza puede ayudar a reducir los sentimientos de estrés, restablecer la capacidad de concentración y mejorar el estado emocional, las decisiones gubernamentales indican que el mejor método para salir de la pandemia del coronavirus es atendiendo la distancia social.

En los últimos días he estado en tres reuniones en las que el único tema invitado está en la siguiente pregunta: ¿Cuándo y cómo regresar a los parques que están cerca de nuestras casas? De alguna u otra manera los participantes de las 3 sesiones zoom han aceptado que en la mayoría de los casos no se ha respetado a cabalidad la invitación a no ir al parque. Con justificantes de mantenimiento, de recreación o de ejercicio, los parques han tenido visitas discretas y en bajas cantidades.

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En España hay asignado horarios de visitas por grupos de edad. En San Pedro, Nuevo León han colocado señalética que indican rutas de un sólo sentido e información a detalles sobre higiene para prevenir contagios.

Aquí en Culiacán mis compañeros de Parques Alegres, de los que me siento muy orgulloso, han anotado como la principal inquietud de los vecinos en el que los malosos se apoderen de su parque porque ellos, los malos, no le tienen miedo al COVID19.

En medio de este polémico debate consulté en Google el comportamiento de las enfermedades mentales en la última década. El sentimiento depresivo en México se ha convertido en un mal de salud silencioso que afecta a más de 10 millones de personas. El impacto de la depresión no sólo es en el individuo, sino en su entorno por que impacta en la pérdida de la calidad de vida, pero también en el ausentismo laboral y la disminución de la productividad.

Se ha confirmado que uno de los mejores antidepresivos es el parque. Según un estudio publicado en la revista Psychological Science, los parques, jardines y espacios verdes en zonas urbanas ayudan a mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas.

Por su parte, la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, confirmó que los niños que están en contacto con la naturaleza tienen un 55% menos de riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas, como ansiedad o depresión.

Uno de los grandes emblemas de la Ciudad de Barcelona, Park Güell, reabrió sus puertas el miércoles de la semana pasada permitiendo las prácticas deportivas individuales, no de grupo, y los paseos de vecinos. Eso sí, se prohibieron las visitas culturales.

Si piensas ir al Parque más cercano a tu casa piensa mucho en la salud de tu familia, aplica tu sentido común y observa las recomendaciones sanitarias para prevenir contagios.

Liberar tu mente, recibir vitamina D a través de los rayos del sol, consolidar tu relación con tu familia y saludar a tus vecinos seguro te alejará de una posible depresión. Pero también, seguir las sugerencias de las autoridades médicas te alejarán del coronavirus.