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COP 24…25… y COP 26…

Se ve sencillo, pero es un gran esfuerzo que puede y merece ser considerado en la naciente administración estatal. Esperemos que así sea.

8 noviembre, 2021
COP 24…25… y COP 26…
COP 24…25… y COP 26…

Dr. Xicoténcatl Vega Picos | Letras Sustentables

En la actualidad se está realizando la COP 26 o “cumbre climática” en la ciudad de Glasgow, Escocia, el tema central es el cambio climático. Sin lugar a dudas, este flagelo se ha convertido ya en la mayor amenaza global.

Sumados a la pobreza y la rampante ignorancia o indiferencia de la población, nos arrastramos de manera comunal y descomunal con posibles consecuencias funestas o desastrosas en este espacio conocido como Tierra en el corto, mediano y largo plazo.

En diversas redes sociales la ciudad de Glasgow se convirtió en el epicentro mundial sobre el tema debido a la multicitada reunión. En ella los líderes mundiales hablan y hablan y siguen hablando de la necesidad de acciones inmediatas para aminorar, ahora sí, de manera urgente los diversos factores que inciden directamente en el cambio climático.

El problema es que también lo hicieron en la COP 25, la 24 y no le sigo con la numeración hacia atrás, para no aburrirlos, porque iniciaron en 1995 con el mismo tópico: cambio climático. Podrían ser los mismos discursos en estos 26 largos años, con diferentes caras, pero en diferentes escenarios.

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Lo cierto es que todos estos intentos para remediar esta situación han sido esos “intentos” fútiles que son olvidados cuando llegan a sus países de origen. Pero la problemática ya se deja ver en diversas formas y tiempos a lo largo y ancho del planeta. Los costos o pérdidas asociadas a otros fenómenos climáticos que se han agravado por el cambio climático son muy elevados, pero más elevados serán si permanecemos impávidos a estos acontecimientos.

COP

No tenemos que irnos a otros países para darnos cuenta de lo caótico de la situación. En México ya se estima que el 97% del territorio nacional se encuentra con cierto grado de desertificación, vulnerabilidad a sequías o degradación de suelo, en algún grado debido a la variabilidad climática o actividades antropogénicas.

En el mes de mayo el panorama nacional relacionado con las sequías era por demás desolador, éramos “territorio sequías” con visos de convertirnos en “territorio incendios forestales” por la ausencia de las perlas de agua, finalmente llegaron las lluvias y “solucionamos el problema”, un respiro para de nuevo esperar por los meses más secos para ver el cómo nos encontramos de nuevo.

La realidad es diferente y no tenemos que esperar por los meses secos. Veamos por qué decimos esto, datos de la CONAGUA para la región del Pacífico Norte, donde se ubica Sinaloa, algunas partes de Sonora, Chihuahua, Durango y Nayarit nos indican que el 75.1% de este territorio se encuentra “sin sequía”, un 18.4% lo tenemos en el rubro de “anormalmente seco”, con “sequía moderada” un 3.2% y otro 3% con “sequía severa”.

Se supone que acabamos de salir de las lluvias, pero parece que en algunas regiones ni siquiera llegaron. Para nuestra entidad tenemos algunas partes serranas que se extienden hasta la parte central como “anormalmente seco”, lo “anormal” es que son municipios serranos de la parte centro-norte (https://smn.conagua.gob.mx).

Si nos queremos internacionalizar con la información y que nos “sirva de consuelo”, los vecinos del norte se encuentran en peores condiciones que nosotros, pues al 4 de noviembre el mapa de sequía de los Estados Unidos de Norte América luce con muchas tonalidades, que van desde las rojizas y amarillas a las blancas. Lo curioso es que dicho mapa se encuentra dividido, de la mitad al este se encuentra sin problemas de sequía y de la otra mitad al oeste tiene diversas tonalidades que indican diversas condiciones de sequía (https://droughtmonitor.unl.edu/).

Otro ejemplo de dicha anormalidad son los estados de las presas. Sin ser agorero de malas nuevas pero los datos no son muy alentadores, pues para el 3 de noviembre, las once presas de Sinaloa en promedio se encontraban con un 56.66% de su capacidad. Yo pensaba que estaríamos, de perdis, en un setenta u 80% de su capacidad, pero no, apenas y rebasamos la mitad (http://sina.conagua.gob.mx/sina/almacenamientoPresas.php) y la temporada de lluvias ya se encuentra en sus últimos días. Ahora vienen los anuncios sobre la necesidad de ahorrar agua, restringir hectáreas o cambiar a otros cultivos menos redituables, posibles tandeos. Lo peor de todo esto es que los patrones climáticos son inestables y además variables. Podemos pasar de sequías a lluvias torrenciales atípicas en octubre, o heladas en diciembre, o tornados, entre otras cosas.

Aterrizando de nuevo en nuestro estado debemos de voltear a las acciones de conservación y protección de los recursos naturales debido a que paga y paga bien. Su índice de retorno es elevado por los diversos servicios ambientales que incluyen el almacenaje de CO2, ayuda en la purificación del aire y agua, mantiene la biodiversidad y provee de hogar a millones de personas, entre otros.

Para el caso de Sinaloa en donde aún se mantienen importantes relictos de bosques en sus variados ecosistemas que podrían ser la base para paliar los efectos del cambio climático.

Esto se debe de apuntalar con programas sociales que permitan revertir las tendencias actuales de deforestación y un sistema estatal de áreas protegidas podría ayudar a la tierra de los once ríos a llenar sus presas que sustentan la riqueza de nuestro estado.

Se ve sencillo, pero es un gran esfuerzo que puede y merece ser considerado en la naciente administración estatal. Esperemos que así sea.

Contacto: xicovegadirector@aaves.com.mx

https://aaves.com.mx/


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