Ante generadores de violencia en Culiacán cabe mirar a El Circo Volador

Columna: Reflexiones de un aspirante a buen vecino. Por Miguel Calderón

En diciembre de 1983 se terminó de imprimir una edición de 2 mil ejemplares de un trabajo de investigación llamado “La Sociedad de la Basura”. Esta publicación, auspiciada por la UNAM, fue el primer estudio a conciencia sobre el tema de desechos urbanos en México y el día de ayer estuvo en Culiacán su autor, Héctor Castillo Berthier, creador de El Circo Volador, que es un buen referente ante generadores de violencia en Culiacán.

Tuve la oportunidad de escucharlo en tres momentos durante la jornada de ayer: en un evento organizado entre la Dirección de Servicio Social de la UAS y SUMA Sociedad Unidad Unida, en el TEDx organizado por exalumnos del Tec de Monterrey, y a la hora de la comida en el Guayabo, tradicional lugar de encuentros amistosos en Culiacán.

En estas tres oportunidades me convencí de que Héctor es alguien que es experto en la comprensión de la dinámica social, su problemática y sus posibles soluciones.

Contó cómo, para elevar su nivel de comprensión sobre el asunto, se hizo barrendero, ayudante de chofer y pepenador a la hora de hacer el estudio sobre la basura. Después de esta experiencia fue vendedor ambulante y pandillero para entender estos fenómenos y proponer alternativas ante los mismos.

Hoy Héctor tiene 2 responsabilidades: Es coordinador de la Unidad de Estudios Sobre la Juventud de la UNAM y dirige El Circo Volador.

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En el Circo Volador congrega a miles de jóvenes, con el estigma de ser generadores de la violencia, para hacer actividades vinculadas al arte y a la cultura. A mediados de los noventas consiguieron del gobierno de la Ciudad de México un espacio en comodato que anteriormente funcionaba como cine en una colonia popular llamada Jamaica sobre la Calzada de la Viga.

Desde ahí este proyecto ha sido acreedor a una serie de reconocimientos como el de las Mejores Prácticas Sociales del Mundo en 2004 otorgado por la ONU, el premio Visionaris al Emprendedor Social entregado por el Union Bank de Suiza y el galardón “Jóvenes por un México sin Pobreza” convocado por el Banco Mundial.

Dice Héctor que en el centro de toda esta historia de éxito sin pronóstico ha estado “una enorme veta de creatividad que aparecía sistemáticamente, pero en formas muy irregulares y diversas: su música, sus letras, sus textos, su poesía, sus reinterpretaciones de las tradiciones”.

Y así, sin pronóstico y sin agenda, un día llegó a observar sus actividades habituales el vocalista de una famosa banda de música de rock alternativo de origen irlandesa llamada U2. En esa visita Bono les dijo a los integrantes del Circo Volador: “ustedes son una comunidad genuina y me siento conmovido por ver el arte que hacen".

Aquí en Culiacán, el esfuerzo ciudadano conocido como SUMA, y del que orgullosamente formó parte, está tomando nota de la positiva trayectoria de Héctor Castillo Berthier y de su Circo Volador. SUMA trabaja con jóvenes de secundaria en identificar modelos de vida positivos y trata de poner frente a sus ojos historias de éxito en personajes ligados a la armonía social.

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Sin duda, Héctor nos deja de tarea con sus obras, sus proyectos y su visita de ayer el pendiente de adentrarnos en la dinámica cotidiana del día a día de los jóvenes. Ello nos ayudará a comprender su entorno, conocer sus gustos y colocar sus aspiraciones positivas a la vista de todos, como lo hacen en el Circo Volador. Quién quite y hasta Bono los viene a visitar en Culiacán.