No son 3; son 5 etapas en la Empresa Familiar

Siempre hemos leído respecto a las empresas familiares, que estas son de primera, segunda o tercera generación; según sus dueños sean los fundadores, los hijos de estos o los nietos de aquellos.

Esto no facilita el análisis de una empresa y el tratamiento sugerido, porque entre una y otra de estas tres etapas, hay otra intermedia, de manera que al final tenemos cinco fases. Ahora te lo explico:

1. La etapa fundacional que afrontan mamá y papá, que se nutre con su sueño emprendedor y el anhelo de que sus hijos continúen con ese proyecto.
2. Luego coinciden los padres con los hijos, y se presentan los primeros retos: ¿todos los hijos, o solamente algunos de ellos?, ¿Qué cosas decidimos los fundadores, que ellos, y que asuntos tratamos colectivamente?, ¿Cómo se heredará la empresa a los hijos? Se empieza a necesitar un Protocolo Familiar.

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3. Después queda la empresa en propiedad y bajo el gobierno exclusivamente de los hermanos, y nuevos retos aparecen: Hay que refundar y hacer crecer la empresa; acordar la política laboral para los cuñados y los sobrinos; ya les urge un Protocolo Familiar; la definición de los herederos accionistas para la próxima generación de dueños; y otras necesidades que hasta hace poco no estaban presentes.
4. Los hijos de estos hermanos (o sea, los nietos de los fundadores) ya crecieron y en la empresa conviven hermanos, tíos, hijos, sobrinos y primos; una buena ensalada. Es la fase que presenta más riesgos de conflictos, y que requiere de acuerdos firmes, finos, estratégicos, justos; y una revisión profunda a la documentación corporativa de la empresa.

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5. Se retiraron los tíos y quedaron los primos; entonces, los ingredientes familiares se van desvaneciendo y la empresa termina siendo un consorcio de primos.

Cada fase demanda atención adecuada con las herramientas apropiadas.

Contacto: Díaz Salazar y Asociados, S.C.