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¿Cuál es la mejor agua para beber?

Conoce los beneficios de los distintos tipos de agua que hay en el mercado. Descubre ¿cuál es la mejor para beber?

17 mayo, 2021
¿Cuál es la mejor agua para beber?
¿Cuál es la mejor agua para beber?

Conoce los beneficios de los distintos tipos de agua que hay en el mercado. Descubre ¿cuál es la mejor para beber?

"Agua que no has de beber, déjala correr", dice el refrán. Pero cuál es la mejor agua para beber y cuál es la que es preciso dejar correr. Ana María Tello Hernández, nutrióloga clínica adscrita a la Federación Mexicana de Nutrición Deportiva, lo aclara en entrevista para Tec Review.

Sus puntos de vista son luz para que el consumidor sepa qué elegir cada vez que llega la hora de pararse frente al pasillo del supermercado donde se encuentra una diversidad abrumadora de aguas distintas.

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¿Cuál es la mejor agua para beber?

  • La famosa agua alcalina

“Después del agua natural, el agua alcalina es la más nombrada. Una persona que tiene gastritis y toma esta agua es como si tomara un producto antiácido pero con esto no se llega al fondo del problema, no se combate todo lo que podría evitarse a través de alimentación balanceada o tiempos ordenados de comida, lo cual sería la solución de raíz”, explica esta experta.

Este producto tiene pH mayor a 7, de ahí su nombre de alcalina.

Se recomienda para deportistas, porque cuando hacen ejercicio pierden muchos electrolitos (minerales) y una de las maneras más fáciles de recuperarlos es a través de este tipo de agua que cuenta con electrolitos extra.

“Pero, cuando alguien solamente hace una hora de ejercicio, no necesariamente necesita una una carga más fuerte de electrolitos”, aclara Tello Hernández.

También se dice que el agua alcalina es antioxidante, ya que contiene minerales que ayudan a evitar el envejecimiento prematuro, pero esta afirmación no cuenta con respaldo científico, según esta especialista.

“Incluso el exceso de consumo de este tipo de agua a la larga puede causar algún problema renal porque sus minerales llegan a acumularse en el cuerpo. Son más caras, están muy de moda y no tienen beneficios completamente comprobados”, comenta.

  • El agua de los manantiales

Otra oferta del pasillo es el agua mineral natural extraída directamente del subsuelo, cuenta con electrolitos como calcio y magnesio.

Es preciso no confundir este producto con el agua mineralizada, cuyo origen no es el manantial, sino la industria, donde se añaden minerales, a veces en exceso.

Tello advierte que si se va a tomar agua mineral, es mejor que sea natural.

“El agua mineral natural ayuda a la hidratación de manera más rápida sobre todo después de que se hace una labor a la intemperie, bajo los rayos del Sol. Sin embargo, puede provocar problemas de formación de cálculos renales, por lo que debe evitarse su consumo en exceso. Si una persona sana diario toma una botella de 600 mililitros de este tipo de agua, no pasa nada”, platica.

Por otro lado, si la comida mexicana con alto contenido de grasas como carnitas o barbacoa se acompaña con agua mineral, el resultado es una mejor digestión, no cae tan pesada, de acuerdo con esta nutrióloga clínica.

  • El agua de siempre

Finalmente está la opción más común: el agua natural con pH igual a 7, mejor conocida como agua simple.

Por cierto, muy vendida en su presentación de galón o garrafón. Es la más clásica de las aguas y, aunque la mercadotecnia a veces no lo reconozca, la más conveniente para consumo humano.

“Todas las investigaciones que se han hecho sostienen que en cualquier padecimiento, una de las principales indicaciones es estar bien hidratado con agua simple, y para una población normal, sedentaria, la única agua que se recomienda es el agua natural, tal cual. El agua simple natural es la mejor opción de hidratación para todos: desde chiquititos hasta los que tienen más de 100 años”, afirma Tello.

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Beber agua

Esto se constata en Water, hydration and health, artículo publicado en Nutrition Reviews, revista científica especializada en nutrición. Ahí se afirma que el agua simple es clave para  “la prevención de las enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición”, sobre todo durante esta época en que por motivos comerciales se transmite mucho el mensaje de consumir grandes proporciones de bebidas industrializadas.

“Los efectos del agua sobre el rendimiento diario y la salud a corto y largo plazo son bastante claros”, también se lee en dicho artículo.

Aunque tomar dos litros de agua, equivalentes a ocho vasos al día, es el cantidad promedio óptima para una persona adulta, Tello comenta que puede haber casos de deportistas que requieren beber más agua o gente de la tercera edad que, por problemas de incontinencia, es mejor que beban menos agua para no agravar el problema a niveles, inclusive, de infección en vías urinarias.

Esta experta enfatiza que los niños, por razones obvias de talla y peso, pueden mantenerse bien hidratados con menos de dos litros de agua diarios.

“Hay personas que llegan al consultorio y me dicen que el agua simple no les gusta, que no se le antoja, que se les queda atorada en la garganta. Entonces les recomiendo hacer uso de infusiones de hierbas de té, de gajitos de naranja, de trocitos de fruta. Esto les va a dar un sabor diferente y, por tanto, tolerarán más el agua de manera que puedan cubrir sus necesidades diarias de hidratación”, asevera.

Esta nutrióloga clínica también expresa que a su consultorio a veces llegan otros pacientes que le dicen que toman el agua necesaria a través de refrescos, caldos, sopas o, incluso, arroz con leche.

Sin embargo, ella les contesta que estos líquidos no cuentan como opciones válidas de hidratación, ya que traen otras sustancias como colorantes artificiales o grasas que el organismo desecha a través de la orina, lo cual impide una hidratación correcta.

También Tello aclara que el agua simple puede tomarse fría, tibia o caliente, indistintamente, pues la temperatura no afecta en lo absoluto su capacidad para hidratar el organismo.

“El agua simple no solamente sirve para quitarnos la sed, sino también para agilizar la digestión, regular la temperatura, mejorar la piel, limpiar el organismo, entre otras funciones, y cuando ya se tiene la sensación de sed es porque los niveles de deshidratación activan el foco rojo de que ya se está acabando la reserva, y no se tiene que llegar a ese momento porque entonces quiere decir que el organismo ya está deshidratado”, concluye Tello.

 

Con información de: Tecreview


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