El concreto fotocatalítico utiliza materiales reciclados como llantas y fibra óptica.

Preocupados por la contaminación del aire en la Ciudad de México, estudiantes de la UNAM crean un concreto fotocatalítico que puede purificar hasta un 30 por ciento de las partículas dañinas que flotan en la atmósfera.

El concreto fotocatalítico surge de una reacción conocida como fotocatálisis, la cual utiliza los rayos ultravioleta (UV) para degradar los óxidos nitrosos y transformarlos en nitratos, indicó el fundador de Ingenia Concretos, Gregorio Allan Rodríguez Ortíz.

Asimismo, tiene la capacidad para dejar pasar el agua y que ésta se reintegre a las reservas del subsuelo, a fin de evitar que se contamine al terminar en las alcantarillas.

De igual manera, el director de diseño de Ingenia Concretos, Héctor Martínez, puntualizó que con este concreto “el agua de lluvia puede regresar a los mantos acuíferos y seguir su ciclo natural”.

También los estudiantes de ingeniería civil en la Facultad de Estudios Superiores (FES) de la UNAM, están trabajando para que esta tecnología pueda usarse en proyectos de construcción.

“Se puede aplicar en delegaciones que se ven afectadas por inundaciones y así se evite que los monumentos históricos se sigan hundiendo”, señaló Héctor Martínez.

A su vez, el concreto fotocatalítico puede utilizarse en banquetas, estacionamientos o jardines, gracias a su alta resistencia. Por lo que en diversos lugares de la Ciudad de México, ya cuentan con este concreto.

Ingenia Concretos

Es una empresa dedicada a crear placas de concreto con una capacidad de purificar el aire hasta en un 30 por ciento de las partículas dañinas que se encuentran en la atmósfera y pueden funcionar para acabados de edificios y fachadas.

A diferencia del concreto convencional, estas placas utilizan desechos de basura como fibras ópticas, caucho de llantas y cascajo. Y lo más importante, es que una vez que haya terminado su vida útil, puede reutilizarse para hacer un nuevo lote del mismo material.

Actualmente estas placas se venden a un precio de mil 200 pesos por metro cuadrado, puesto que aún se fabrica de manera artesanal.