Un lugar donde todos caben. La historia se construye con el trabajo y las cosas en común

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Villa Juárez es Unión de culturas, es un encuentro de vida. Se formó al amparo del florecimiento de las empresas agrícolas y la necesidad de mano de obra para el cultivo de hortalizas. A 72 años de fundado es el crisol mestizo donde se fusionan migrantes y culturas nativas de todo México.

Don Leonardo García llegó a Villa Juárez hace 45 años. Dejó su natal Oaxaca movido con la idea de encontrar trabajo para mantener a su familia. Probó muchos oficios, pero durante los 20 años que estuvo viviendo en el Campo Pénjamo, lo que más le gustó y le dio a ganar dinero fue el riego, el riego rodado.

La edad y el cambio de tecnología lo sacaron del negocio. Tiene 75 años y con el riego por goteo se acabaron los regadores.

Doña Candelaria Martínez Beltrán es migrante sinaloense, llegó joven a Villa Juárez, ahí crió a sus 10 hijos trabajando en el campo. Ahora que se encuentra en la tercera edad, y viuda, es empleada municipal. Barre las calles del centro desde las 6 de la mañana. Se dice feliz conviviendo con la gente que la saluda al paso. Siente aprecio por los jornaleros sabiendo del sufrir para merecer.

Cecilia Romero viene de una comunidad de Puebla con toda su familia, trabaja en el campo, le gusta vivir temporalmente acá. Afirma que gana bien, pero le parece muy cara la vida. Cree que los migrantes merecen ser tratados con dignidad y respeto.

María del Carmen Rubio Ávila es de San Luis Potosí, llegó hace 18 años, después de ser jornalera fue empleada de una refresquería, ahora es la dueña. Le gustó quedarse aquí porque ella proviene de Tamazunchale, un pueblo con mucha presencia indígena, igual que Villa Juárez. Le alegra la temporada agrícola porque es su tiempo de ganancias.

Patricia Martínez Salcedo trabaja en una carnicería. Afirma que Villa Juárez vive de la gente que viene de fuera. Cuando no es temporada dice que el negocio se viene abajo, “porque a esa gente le gusta comprar en el mercado”.

Jéssica Romero Monreal comenta que los trabajadores migrantes ocupan el primer lugar en Villa Juárez, “porque es de lo que se mueve la economía más que nada, uno está esperando el que ellos lleguen, porque ellos son los que mueven la economía. Son de mucha importancia”.

Sergio Humberto Camacho Chávez es un niño, tiene menos de 11 años, sus mejores amigos son hijos de migrantes, con ellos juega. Le duele que en la escuela los traten mal por ser morenos o hablar otra lengua, “porque son niños iguales”, dice con sentimiento.

En Villa Juárez la vida es trabajo y esfuerzo. Es un campo donde todos caben.

Imagen: Christian López