El río Tamazula, legado de vida y paisajismo de Culiacán

En otro tiempo fue un cauce fecundo para la reproducción de sapos, por eso los primitivos le llamaron Tamazula. Siempre llevando agua entre llanuras, por ello las tribus nahuatlacas le llamaron también Bacudea. Hasta hoy los veranos han sido benévolos y fieles trayendo el agua torrencial que va acumulando desde los arroyos de la sierra de Topia y Tamazula, en el estado de Durango. El río tiene una extensión de 280 kilómetros, por donde viaja el agua para regar las tierras labrantías del valle de Culiacán. ¡DISFRUTA DE ESTE BELLO VIDEO!

Por: Juan Francisco Sotomayor

Fue el primer río gobernado con una presa en Sinaloa, significó el despertar del desarrollo agrario.

El río Tamazula es más que un cauce llevando agua de continuo, es vida, es productividad, es recuerdo y paisaje en Culiacán.

Ve el siguiente video.

En otro tiempo fue un cauce fecundo para la reproducción de sapos, por eso los primitivos le llamaron Tamazula.

Siempre llevando agua entre llanuras, por ello las tribus nahuatlacas le llamaron también Batacudea.

Hasta hoy los veranos han sido benévolos y fieles trayendo el agua torrencial que va acumulando desde los arroyos de la sierra de Topia y Tamazula, en el estado de Durango.

El río tiene una extensión de 280 kilómetros, por donde viaja el agua para regar las tierras labrantías del valle de Culiacán.

Mientras muere va entregando vida dejando bonanza entre agricultores, y finalmente, ya convertido en el río Culiacán, se entrega al mar en boca de El Castillo, municipio de Navolato.

El Tamazula fue el primer río gobernado en Sinaloa. Para frenar su furia se construyó la presa Sanalona en 1948.

La presa tiene una capacidad de almacenamiento superior a los 500 millones de metros cúbicos de agua; y constituye la primera obra hidráulica de esa naturaleza en el estado.

En esa misma presa la corriente de agua se convierte en corriente eléctrica, pues se instaló ahí la planta hidroeléctrica que abastece de energía parte de la ciudad.

La presa Sanalona se encuentra a 24 kilómetros al oriente de la ciudad de Culiacán. De ahí se administra el escurrimiento de agua por el río, durante casi todo el año. De ahí bebe la ciudad.

Por todo este tránsito el río va impregnando de postales con agradables parajes. Son transparente refrigerio para bañistas y paseantes, y sitio de pesca para alimentar ilusiones y añoranzas.

Entre las sindicaturas de Sanalona e Imala la floresta tiene escondites que hacen alegres los días de campo, donde los aventureros van escapando del trasiego citadino.

El río mantiene una continua vegetación riparia, cuyos árboles extienden sus ramas abrazando el agua. Vitalidad y virtud del árbol plantado junto a corriente.

Ya en la ciudad de Culiacán, el Tamazula es agua en paisaje urbanista. Se yergue vanaglorioso con el Parque Las Riberas, gigante escenario contemplativo.

Sumada la armoniosa naturaleza cruzando la ciudad, es diversión infantil y el rincón romántico de los jóvenes, refugio de familias fugitivas de la rutina.

Al final de su travesía, con el asta bandera, el río es una ventana al civismo urbano alentando su gallardía.

Luego se topa con el Puente Negro anunciando el fin de su recorrido natural; porque ahí mismo la presa derivadora le define su vocación agraria enviándolo por un canal rígido de cemento.

En ese punto, por su cauce natural inicia la conformación del río Culiacán.

Así es el río Tamazula... legado de vida y paisajismo en Culiacán.

En el río como en la vida, cuando pasa la turbulencia...

Vienen tiempos de bonanza y paz.

Imagen: Edición TBN.

Temas de esta nota