San Ignacio vestigio arquitectónico y minero del siglo XIX

Al visitar San Ignacio tendrás la oportunidad de darte una vuelta por los pueblos de El Carmen, Cabazán y San Javier, con historias paralelas.

Por: Juan Francisco Sotomayor

¿Quieres conocer una de las joyas coloniales de Sinaloa? Considera la visita a San Ignacio, un destino de turismo rural.

(TBN) San Ignacio es la cabecera municipal del municipio del mismo nombre al sur del estado de Sinaloa, se distingue por conservar importantes vestigios arquitectónicos distintivos del período colonial.

Al pie de la sierra Madre Occidental San Ignacio es ya un destino de turismo rural, lo visitan turistas que arriban al puerto de Mazatlán y viajeros solitarios del interior del país.

Su atractivo es el viejo caserío con reminiscencias del florecimiento minero en tiempos de la colonia y las actividades agrícolas y pecuarias distintivas del siglo XIX.

Por razones de aislamiento y migración poblacional, San Ignacio conserva su trazo urbano original de barrios y su caserío de sobria arquitectura con techos de tejas a dos aguas.

La entrada al poblado de San Ignacio es muy singular le antecede el Río Piaxtla, que en el verano se vuelve caudaloso. Un arco triunfal da la bienvenida para cruzar el gran puente de acceso al encuentro con la historia.

En la antigüedad San Ignacio era sólo uno de los muchos poblados fincados en la región con la influencia de los primeros jesuitas llegados de España a estas serranas tierras a partir del año de 1590.

Caminar por sus estrechos callejones y calles empedradas constituye una mirada al pasado.

San Ignacio fue fundado en el año de 1582, pero gran parte de sus edificaciones corresponden al periodo de esplendor minero de mediados del siglo XIX.

En ese período se da el descubrimiento de importantes vetas de oro y plata en las sierras del Candelero, Jocuiztla, Ventanas, Los Frailes, La Silla y Cacaxtla.

La región que hoy conocemos como el municipio de San Ignacio se menciona desde los inicios de la conquista española en el año de 1531. Fue entonces conocida como Piaztla o Piaxtla, que según la interpretación de los vocablos nativos significa “lugar de bules” o “lugar de calabazas”.

Originalmente formaba parte de la provincia de Chametla, perteneciente a la Nueva Galicia.

Para mediados del siglo XVIII San Ignacio de Piaxtla formaba parte de las cinco alcaldías mayores en que se dividía Sinaloa, quedando dentro de la jurisdicción de San José de Copala.

Los historiadores revelan que por el enriquecimiento que se generó en esa región a raíz de la explotación minera, la legislatura le dio al poblado la categoría de Villa de San Ignacio de Piaxtla, en el año de 1833.

En alusión a esa bonanza, el geógrafo Santiago Ramírez relata la lluvia de azogue que cayó en San Ignacio el 12 de mayo de 1872.

Además de la contemplación de las antiguas edificaciones como el Templo de San Ignacio, la alcaldía y la casa de los Escobosa Laveaga, los visitantes suelen ir al mirador, una loma donde se instaló un monumento elevado de Cristo. Es un lugar de convivencia social.

San Ignacio se ubica a 102 kilómetros al norte de la ciudad de Mazatlán y a 183 kilómetros al sur de la ciudad de Culiacán, capital de Sinaloa, sobre la carretera México 15, y acceso por el crucero de Coyotitán.

Al visitar este municipio tendrás la oportunidad de darte una vuelta por los pueblos de El Carmen, Cabazán y San Javier, con historias paralelas.

Temas de esta nota